Al veterano periodista asturiano José Manuel Ponte no le gustó la 'carta a Ignacio Echeverría' firmada por Arturo Pérez-Reverte que, como miles de españoles, recibió por WhatsApp el pasado fin de semana. No entendió a qué venía hablar de la Ley de Memoria Histórica para homenajear al hombre que entregó su vida para ayudar a un policía al que los terroristas de Londres intentaban apuñalar. Tampoco su retórica descaradamente islamófoba y con ecos de propaganda franquista.

Así, Ponte cargaba con dureza contra el texto y su presunto autor el pasado miércoles desde su columna en La Nueva España, titulada 'El sentido de lo heroico'. Al inflamado texto viral contraponía el del novelista portugués Eça de Queirós de 1893, en el que hacía inventario de todos los tipos de heroísmo que se presumen en un español:

La arrogancia, la bravura estridente, la magnifica imprudencia, la soberbia indiferencia por la vida, el desdén idealista hacia todos los intereses y la disposición al sacrificio que conforman, o se nos antoja que conforman, el tipo heroico; porque ni los diccionarios ni las psicologías se ponen de acuerdo sobre lo que es un héroe.

"Y ese es el quid de la cuestión, ¿qué es un héroe?" - escribe quien fuera director de La Nueva España durante la Transición. "Para los que tenemos unos ciertos años, los héroes que nos enseñaron (Alcázar de Toledo, cuartel de Simancas, Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, cuartel de la Montaña) eran todos muy de derechas o militares. Ahora empiezan a surgir héroes civiles. Menos mal". La apropiación del gesto de Ignacio Echeverría para el revisionismo franquista le indigna, y lo expresa con la máxima dureza:

Se le ha dado a este joven tratamiento de héroe y el Gobierno le concedió la Gran Cruz del Mérito Civil a titulo póstumo. Y como somos exagerados en todo se ha convertido un gesto espontáneo de valor casi en una categoría de la raza. Así el académico Arturo Pérez Reverte, un nostálgico de los tiempos de capa y espada, aprovecha para cargar contra la "morisma asesina" y contra la ley de la memoria histórica (¿que tendrá que ver en todo esto?) a la que califica de "pestilente charca de bilis con la que una piara de resentidos intenta borrar sus crímenes, derrotas y complejos".

Un texto que entusiasmaría a José María Carretero Morillo, más conocido por El Caballero Audaz, aquel escritor sicalíptico y destacado miembro de la "Quinta Columna" franquista en el Madrid republicano. Se puede elogiar, como se merece, el valor sin caer en la patriotería.

Que el texto sea patriotero y 'sicalíptico' es difícilmente rebatible. Pero hay algo que no es, y es un texto de Arturo Pérez-Reverte. El propio académico lo negaba el pasado domingo desde su cuenta de Twitter, un desmentido que fue recogido por EL ESPAÑOL y difundido por la cuenta 'Maldito Bulo' que lucha contra la propagación de noticias falsas en las redes.

Es precisamente en esa red social donde el novelista, advertido del texto por un seguidor, ha dejado al diario un recado para el columnista, sacando lo más hiriente de su ya célebre y beligerante carácter.

Las sospechas de Ponte, en cualquier caso, no andaban desencaminadas. El texto fue escrito el pasado día siete, cuando se confirmó la triste noticia del fallecimiento de Ignacio Echeverría, y procede de la web 'El Cadenazo', que se define como una 'revista satírica' con simpatía con los movimientos ultraderechistas. El propio Reverte lamentaba con resignación la táctica de añadir su nombre a textos que él no ha escrito. "Le ponen mi nombre para darle difusión. Los lectores habituales detectan el fraude".

Noticias relacionadas