Mañana 21 de Agosto de 2017 se producirá el eclipse de sol que más está dando que hablar en los últimos tiempos. Sobre todo en EE.UU. donde se podrá ver en 14 estados de oeste a este y donde la gente ya se está preparando para verlo.
De hecho, y ante tal evento, muchas son las localidades que se preparan para el aluvión de gente de las ciudades que se desplazan a zonas rurales para poder verlo mejor. Tal es la expectación que algunos ya piensan en hacer negocio. Por ejemplo, Amazon tuvo que retirar unas gafas que, en principio, no eran seguras para ver el famoso eclipse.
Sin embargo no siempre fuimos así. Hubo un tiempo en que la palabra eclipse era sinónimo de miedo y presagio de acontecimientos negativos y no un simple fenómeno físico del que se podía sacar provecho.
Atenas contra Siracusa
En mitad de la Guerra del Peloponeso destaca una extraña expedición que hizo la ciudad estado de Atenas para ayudar a la ciudad de Segesta, en Sicilia. Les habían prometido todo tipo de tesoros y más de 25.000 hombres partieron hacia la isla. Al llegar empezaron los problemas ya que los tesoros no eran tales, el ejército se dividió en dos facciones y Siracusa, que hasta ahora no pintaba nada, pensó que la iban a atacar a ella así que decidió atacar primero.
Las derrotas se sucedían en las filas atenienses, incluso los espartanos llegaron para ayudar a su rival. Después de la masiva llegada de nuevos refuerzos el general al mando de las tropas atenienses, Nicias, decidió volver a casa viendo que la victoria era imposible. Con todos los barcos preparados, sucedió lo inimaginable, el eclipse lunar del 27 de agosto de 413 a.C. que provocó la negativa a embarcarse de soldados y marineros. Los siracusianos, que no eran tan supersticiosos, decidieron bloquear el puerto y con esta acción provocaron la victoria final.
A la cama
Tal vez una de las anécdotas más curiosas de estas historias de eclipses la cuenta el monje Roger de Wendover cuando alrededor del 1230 tuvo lugar un eclipse total a primera hora de la mañana. Los campesinos y la gente que trabajaba en el campo de Belvoir, al ver aquello decidieron volver a casa y meterse en la cama a dormir. Cuál fue la sorpresa, tan solo una hora más tarde, al comprobar que todo volvía a la normalidad y el sol volvía a estar donde estaba antes.
Colón y los jamaicanos
En la cuarta expedición de Cristobal Colón, el explorador descubrió, casi de casualidad, la isla de Jamaica cuando ya de regreso a España tuvo que atracar en la isla porque sus naves estaban maltrechas. Después de mucho tiempo, sus hombres se amotinaron y los hermanos Porras se separaron del grupo causando un gran trauma con ello: se llevaron a los indios nativos de la isla y los pusieron en contra de Colón. Como consecuencia, dejaron de llevarle comida.
Sin embargo, el explorador hizo uso de su ingenio y predijo un eclipse lunar para el 29 de febrero de 1504 y le dijo a los indios que los dioses estaban muy enfadados con su comportamiento. Evidentemente, cuando se produjo el eclipse, los indios entraron en razón y volvieron a llevarle comida a Colón. Meses después, todos fueron rescatados de la isla.