El 22 de septiembre de 1994 se estrenó Friends. Una serie que marcaría una generación completa con las aventuras de Joey, Chandler y compañía, y que inspiraría otras sitcoms como Cómo conocí a vuestra madre o Big Bang Theory. El 22 de septiembre debe ser una fecha mágica para la televisión, porque ese día de 2004 vimos como el vuelo 815 de Oceanic Airlines se estrellaba sobre una peculiar isla del Pacífico en su ruta de Sidney a Los Ángeles.
Trece años han pasado desde que el ojo de Jack Shepard se abrió en medio de la jungla, trece años desde que trató de ayudar a los supervivientes en los restos del avión en uno de los pilotos más espectaculares que la televisión ha visto nunca. Trece años desde que conocimos a Sawyer, a Locke y a Sayid. Trece años desde que se estrenó Perdidos y nos embarcamos en un viaje adictivo.
Quizá no es de las mejores series que se han rodado en televisión, pero cambió la forma en la que se ve la televisión. Hasta su llegada, en España estábamos acostumbrados a esperar a que alguna cadena “echase” la serie. Perdidos lo cambió todo y para una generación entera supuso que las series pasaron a ser algo de la tele a algo de Internet, abriendo camino a plataformas como Netflix.
Trece años cumple hoy el fenómeno Lost. Una serie que nos enamoró con 13 cosas.
1. Una intro minimalista
No es la primera serie que arrancabas sus capítulos con una careta mínima, alejada del típico desfile de personajes con música pop que nos proponía la mayoría de series de los 90 -24 ya lo hacía- pero ver el título de la serie avanzar hacia cámara con esa característica música disonante te metía de pleno en la serie y se convirtió rápidamente en una de sus firmas. La entrada que te encerraba en la madriguera de conejo blanco durante 42 minutos.
2. El misterio
¿Qué demonios está pasando aquí? ¿Qué es el monstruo que ronda la Isla? ¿Qué son esos malditos números? ¿Quiénes son los otros? ¿Y las alucinaciones? Si Perdidos te ataba a ella hasta convertirse en una auténtica droga era su manía de ir abriendo misterio tras misterio. Al final el castillo de interrogantes se vino abajo, pero anda que no lo disfrutamos mientras aguantó. ¡Osos polares! ¡En una isla tropical!
3. Comentar el último WTF y plantear teorías
Perdidos era un “what the fuck?” detrás de otro. Un giro tras otro y misterios cada vez más locos. Y una de las partes más divertidas era quedar con amigos y comentarlos, planteando teorías tan absurdas como los giros, con miles de tesis naciendo tras cada capítulo en los foros de Internet –que los propios guionistas admitieron que leían y trataban de burlar-. Perdidos era una experiencia social como ninguna serie había sido, una parte fundamental que una persona que la vea hoy se perderá.
4. Los personajes
El misterio nos enganchó y luego nos desilusionó, pero si hubo algo sólido como una roca y que nunca decepcionó era el espléndido elenco de personajes, quizá uno de los más amplios y completos de la historia reciente de la televisión. Sawyer, Sayid, Locke, Hurley, Kate, Sun y Jin, fueron algunos de los pilares que aguantaron la serie desde el primer momento, luego se unirían otros igualmente brillantes como Desmond, Faraday y Mr Eko. Ninguna narración funciona sin buenos personajes, y los de Perdidos eran, sencillamente, gloriosos.
5. Benjamin Linus
¿Pensabais que no iba a mencionar a Ben en la lista de personajes memorables? Introducido en la segunda temporada, el personaje interpretado por Michael Emerson debía durar solo unos capítulos, pero resultó tan magnético que acabó convertido en el líder de los Otros. Uno de los villanos más retorcidos y a la vez ambiguos de los últimos años, con un arco evolutivo soberbio. El mejor personaje dentro de una serie con personajes excepcionales.
6. Odiar a Charlie y a los hermanos pijos
En un reparto tan amplio y diverso no todos los personajes podían salir bien, y algunos se hacían tan irritantes que odiarlos era tremendamente disfrutable. Charlie y su odiosa canción You, all, everybody se ganó rápidamente la antipatía de muchos. Pero sin duda eran los dos hermanos pijos Shannon y Boone eran los grandes imanes del ‘hateo’. Bueno, y luego están Nicky y Paolo… ¿pero quién se acuerda de Nicky y Paolo?
7. Not Penny’s Boat
Charlie te podía caer bien, mal o fatal, pero su muerte al final de la tercera temporada fue uno de los momentos cumbre de la serie. Encerrado en una habitación estanca mientras se llenaba de agua, solo pudo avisar a Desmond de la amenaza que se cernía sobre los supervivientes. Su mano, apretada contra el cristal, con las palabras “Not Penny’s Boat’ (No es el barco de Penny) es historia de la televisión.
8. “We have to go back Kate”
Ese mismo episodio contiene uno de los giros más recordados de la serie. Durante tres temporadas nos habíamos acostumbrado a ver medio capítulo (más o menos) ambientado en la isla y otro medio en el pasado de algún personaje. Todo cambió en ese final de temporada cuando, después de dos capítulos viendo lo que aparentemente era un flashback de Jack, este se encuentra con Kate y le dice que deben volver a la isla. No solo era un giro argumental, también era estructural. Una pirueta que suponía el punto álgido de la serie, a partir de la que empezaría un lento pero firme declive.
9. El humo negro
Uno de los mayores misterios y una de las principales amenazas a la que hacían frente los supervivientes del Oceanic 815 era un monstruo que rondaba la isla y que hace su primera aparición en el primer episodio, haciendo trizas al piloto del avión. Durante dos temporadas se mantuvo fuera de campo –o enseñándonos muy poco de él-, con un peculiar sonido mecánico. Uno de los momentos más locos de la serie es cuando descubrimos que el monstruo no era ni un dinosaurio ni un bicho raro, sino una nube de humo negro. Todo muy normal.
10. Buscar los subtítulos del capítulo
Si los anteriores títulos están puestos en inglés es porque quien vio perdidos como se debía ver la vio en inglés. ¿Esperar a que alguna televisión la doble y la emita vete tú a saber cuándo? Un día de capítulo de Perdidos empezaba poniendo a descargar el episodio antes de irte a clase, o a trabajar, y rezar para que al volver aquella conexión ultraveloz para la época hubiera acabado la descarga. Luego tocaba buscar los subtítulos correctos, que unos fans muy locos se dedicaban a elaborar de madrugada para que todos pudiéramos disfrutar la serie ese día. Unos héroes.
11. Los números, en todos lados
4, 8, 15, 16, 23 y 42. Esa misteriosa secuencia aparecía por todos lados en la serie y no tardó en aparecer también en la vida real. ¿Un día tu madre te mandaba a hacer la Primitiva porque ella no podía? Ahí que jugabas esos números. ¿Tenías que poner una contraseña en el ordenador? No era la más segura, pero la ponías. ¿Entrabas en el baño de un bar? Te los encontrabas pintados. Pronto entendías la obsesión de Hurley.
12. La promo de la última temporada de Cuatro
Cuatro adquirió los derechos cuando ya estaba muy avanzada, pero lo hizo regalándonos una promo tan espectacular como la propia serie. Era tan buena que la ABC, serie que producía y emitía la serie en EEUU, la adaptó. Casi dan ganas de volver a ver Perdidos de nuevo.
13. Odiar ese maldito final
Desde el final de la tercera temporada la serie comenzó un lento declive y que culminó en una temporada final en la que claramente los guionistas no sabían como cerrarlo todo, dejaron muchos misterios en el aire y se sacaron de la manga una subtrama que resultó ser los personajes en el purgatorio, algo que nadie había pedido y que dejó un sabor agridulce a muchos de los que habían disfrutado de esta gran serie. Pero, con el tiempo, hasta criticar el final de Perdidos es algo de lo que se disfruta tanto como de los mejores capítulos de su época dorada.
Feliz cumpleaños, Losties.