El Presidente de Canadá, Justin Trudeau, se ha convertido en una sensación en Internet desde que llegó al poder. Seamos honestos, lo merece. Es el presidente que todos quisiéramos tener: hace deporte, tiene buen aspecto, habla idiomas, sabe comportarse, es carismático sin ser histriónico, todo lo contrario a su homólogo del sur. De hecho algunos estadounidenses lo preferirían a su presidente.
Pero de entre todas las recientes muestras de genialidad la que más destaca son sus calcetines. Desde hace unos meses, los calcetines de Justin Trudeau son el objetivo de todas las miradas y la gente intenta encontrar mensajes ocultos en ellos. Pero simplemente son calcetines chulos.
Desde luego, estos de Chewbacca son lo más pero tan solo son la punta del iceberg. A principios de verano lució unos con el arco iris en la celebración del Orgullo Gay en Ottawa.
Incluso Theresa May le ha felicitado por sus calcetines.
En cualquier evento o visita oficial, sus calcetines son uno de los temas principales. Incluso otros presidentes le están copiando esta táctica, como el de Irlanda.
Lamentablemente no veo a nuestro presidente haciendo algo similar. Ay Justin, sálvanos de Mariano.