Es difícil no mirar lo que está ocurriendo en Cataluña sin perplejidad. Leyes que se aprueban saltándose otras leyes y unas imágenes de acciones policiales que no pueden dejar indiferentes a nadie. Un día después del 1-O mucha gente, madrileños, valencianos, gallegos, murcianos y obviamente catalanes se pregunta ¿y ahora qué?
La Generalitat está pilotada por gente que cree que la política y la democracia son como circuitos de Mario Kart, en los que te puedes meter por atajos locos y utilizar todo tipo de tretas para llegar primero a la meta, mientras que el Gobierno de Madrid parece que ni siquiera sabe arrancar su kart.
En este escenario lleno de mentiras, tercios de verdades y polarización, donde parece que cualquier atisbo de sensatez se haya perdido en el tiempo como lágrimas en la lluvia ha llevado al hashtag #AhoraQue a ser trending topic en esta mañana casi post-apocalíptica.
El desconcierto ha tomado Twitter:
Cataluña, y toda España, ha llegado a una encrucijada muy peligrosa, en la que o alguien pisa el freno y trata de poner cordura o, pase lo que pase, la mitad de la población catalana acabará con una frustración que, a la larga, puede acabar por hacer del problema aún mayor. El problema es que no parece que esa sensatez y sentido común vaya a caer llovidas del cielo.
Pero siempre nos quedará el café. De él nunca nos independizaremos: