Tener una mascota supone un sacrificio y mucho esfuerzo. También enfrentarse a toneladas de disgustos ya que tienden a desarrollar sus propias costumbres. En el caso de los perros, es normal que entrenen su dentadura con cualquier cosa que encuentren por casa, especialmente cuando aún son cachorros. Si a este instinto natural le sumamos algunas horas de aburrimiento a solas el resultado puede ser catastrófico.
Llegar a casa cansados del trabajo, introducir la llave en la cerradura con el único deseo de tirarnos a plomo en el sofá y descubrir que todo está patas arriba mientras nuestro perro se nos echa encima a saludarnos como si no hubiese pasado nada. Esto es más que habitual, por lo que no es extraño lo que le ocurrió a Connor Mac, un irlandés de Belfast que se encontró con el más absoluto desastre. ¿Su perro le había destrozado las patas de la mesa? No. ¿Se había comido los cojines del sofá? Tampoco. Para su desgracia, el perro mordió su videojuego preferido, el que había encargado en Amazon.
La historia comienza el viernes 29 de septiembre. Connor llegó a su casa deseando jugar al FIFA 18 en su PS4. Lo había encargado en Amazon y esperaba tenerlo en la puerta a punto para echar unas partidas de fin de semana. Lo que no se esperaba era que su perro también había decidido jugar con él. A su manera.
Connor comentó el domingo su experiencia en la página web de Amazon para el Reino Unido. Sumó una foto con el disco en primer plano y su perro arrepentido de fondo. La imagen se hizo viral y acumuló tantos comentarios que Amazon intervino preguntando si se lo había comido todo.
El perro mordió el embalaje de Amazon, la caja del videojuego y también el disco. Connor bromeó con la siguiente imagen.
Tiene un león en casa. Ante la broma, en Amazon primero se rieron y luego se ofrecieron a hacerle un reembolso. Connor decidió que le reenviaran su amado FIFA 18; hecho que se produjo el martes 3 de octubre. Ahora está echándose unas partidas en casa dejando el juego fuera del alcance de su perro. Por cierto, nuestro protagonista perruno no sufrió ninguna indigestión.