Profetas en el vagón: cuando la palabra del señor revienta tu viaje
En la Jungla. Un pasajero molesto puede convertir un viaje tranquilo en uno muy desagradable. Este caso hará que mires a tus compañeros de vagón con otros ojos.
18 octubre, 2017 12:28Cuando te sientas en el tren y te pones música no sabes lo que estás a punto de perderte. De hecho, el mítico guionista Rafael Azcona -autor de los libretos de La escopeta nacional, El vergugo o La gran comilona- decía que el cine italiano se acabó cuando los guionistas dejaron de ir en autobús. ¡Los dramones que se perdieron! Pero ninguno como el vivido por Fran a bordo de un tren de Renfe.
A todos nos ha tocado alguna vez algún compañero de vagón complicado. Estos pueden ir desde niños rebeldes hasta gente que habla por teléfono gritando como si no entendiera que la voz llega a través de ondas electromagnéticas y no sonoras. Pero en pocas ocasiones nos encontramos con un pasajero decidido a dar a conocer las intenciones de Dios Nuestro Señor.
Yo para que quiero NETFLIX si viajo en tren con estos culebrones pic.twitter.com/qsKjOdBkOi
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Si tener una pasajera paseándose por el pasillo al grito de "no hay demonio que pueda conmigo porque yo soy Jesús" no es lo suficientemente pintoresco, la historia tiene nuevos giros. Solo faltaba un "todo iba bien hasta que empezaron a pasar cosas raras".
Eso sí, Fran había atraído mucha atención con su vídeo, así que tenía que disfrutar del momento:
Queréis saber el final de la historia??
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
No sé si debo subir el final
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
¿Quereis saber antes el principio o el final?
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Después de ruegos y súplicas y de un rato haciéndose el interesante, por fin se arrancó a explicar la historia completa, y es casi más inquietante de lo que se podía imaginar.
Segundos antes de lo ocurrido en el vídeo. Ella solo cantaba susurrando. pic.twitter.com/ljJ0A06CSc
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Solo puedo contar que llevaba unas bolsas verdes transparentes del mercadillo, y hasta que no termino de predicar su palabra no lo mostro..
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Todo comenzó cuando me subí al tren esta mañana y una chica con moño y sujetador abierto se me acercó a preguntarme cúal era su asiento.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Resulta que era analfabeta y no entendía ni comprendía cual era su lugar en el vagón.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Le dije cuál era su asiento cuando mire mi billete y tenia el mismo asiento pero de la fila de delante-
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Cuando su murmullo se convierte en habla, el habla en voz alta y la voz alta en grito
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Después del vídeo que no se ve, ella se vuelve agresiva pero a la vez irradiaba confianza en sus palabras al decir que era sierva de Dios.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
El hombre que había junto a la puerta no os creáis que era algún chico de seguridad, ni mucho menos.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Solo era un simple camamero del bar que estaba a nuestro lado del vagón, este entra y queda quieto en la puerta a la espera-
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
-de que la chica cesase en su intento por predicar su palabra. Un hombre al final del vagón, molesto pide a medio grito que la sacasen
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
cuando el hombre indignado sale del vagón a insultos con el camarero del bar. La chica mientras ya habia hecho de las suyas
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
La chica acababa de escupir a una mujer mayor en su cara al negarse escuchar las palabras de Jesus
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
La señora que no podía apenas tirar d su cuerpo hace el amago de levantarse cuando el camarero se echa encima de la chica tirándola al suelo
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Todo el vagón en suspense hasta que decido levantarme de mi voluntad a la par que otros atrapando a la chica y agarrandola tan fuerte-
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
- que la rabia de la chica contenida en ella la hizo levantarse hasta el techo con los pies cayendo de espaldas
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Pareció no dolerle nada puesto que se levanto como si nada y sentándose tranquilamente en su asiento. No entendíamos nada
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Viendo la calma de la chica decidimos sentarnos atendiendo a la señora mayor y haciendo como si nada,
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Cuando me quiero dar cuenta vuelve a cantar la canción con la misma entereza que la primera vez y a escala ascendente
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Recuerdo que mi asiento es el de delante y ella empieza a pegar patadas en mi respaldar muy fuerte, cuando para miré hacia arriba.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
La vi levantada en su asiento mirando a la anciana, pero sin decir nada
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Es una locura pensar siquiera todo esto. Por eso es tan importante educarse, no solo academicamente sino el alma
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Esta mujer fue prácticamente arrastrada por el vagón a la cafetería por un hombre que no ejerce de su puesto. Es injusto, y mas con esto
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
La analfabeta finalmente fue retenida en la cafetería durante el resto del viaje.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
De vez en cuando se escapaba y volvían a cogerla.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Pero todavía hay un giro más, al más puro estilo "he oído un ruido":
Lo peor llega al final del trayecto
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
¿Os acordáis de las bolsas verdes y transparentes?
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Las bolsas no estaban vacías
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Tenían ropa y un mazo que no dudo en sacar para imponer autoridad
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Mi maleta la destrozo poco en comparación a los demás, los golpes eran secos y fuertes, de rabia
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Yo por lo menos conseguí llegar con la ropa metida en ella aunque el mango es de dudosa utilidad, aunque he intentado arreglarlo. pic.twitter.com/WARVG6JLvV
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
A la mujer mayor, por desgracia, le desparramó todo un neceser por el vagón mientras una mujer pisaba un espejo sin darse cuenta.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
La policía tomó cartas en el asunto a la salida del vagón.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
El vídeo a simple vista hace gracia, luego ya no tanto. Así funciona internet
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
Esta persona no tiene problemas mentales, es completamente cuerda, pero sus impulsos van por delante de ella.
— fran (@fransanchezgome) 16 de octubre de 2017
La próxima vez que te toquen un par de niños gritones en el asiento de al lado, parece que va a ser mejor que no te quejes. Mucho peor podría ser...