El debate de qué es cultura y qué no es cultura es tan viejo como la humanidad misma. La discusión sobre si la tele es cultura ha sido una de las más recurrentes en las últimas décadas. Sí, se ve mucha telebasura, cotilleos y series tontas. Pero también hemos podido ver obras de arte como Twin Peaks o A Dos Metros Bajo Tierra. El cine, por otra parte, siempre ha sido considerado cultura, pero si miramos la cartelera podemos ver una gran cantidad de cintas que no dejan de ser sacacuartos industriales que nada tienen que ver con la cultura ni con el arte, como Transformers y derivados de explosiones como la Liga de la Justicia.
Con la irrupción de Netflix y su producción propia, el debate se ha disparado a lo loco, hasta tal punto de que el Festival de Cannes modificó su reglamento para evitar que futuras producciones de plataformas de streaming se colasen en las candidatas a llevarse el máximo galardón. En realidad esto responde a presiones de los exhibidores franceses, a los que no les interesa que el festival de publicidad a cintas que no van a poder explotar ellos.
Sin embargo, cineastas de renombre como Nolan o Almodovar se posicionaron con el festival, considerando que si una película no está pensada para la gran pantalla, no es cine. Eso tiene bastante de absurdo, ya que por esa misma regla de tres cualquier película dejaría de ser cine al verla en televisión, únicamente por soporte.
Si la pregunta ¿qué es el arte? ya era difícil de responder (más allá del chiste “morirte de frío), en los últimos 30 años se ha complicado todavía más conforme se han desdibujado las fronteras entre cultura y entretenimiento. La irrupción de Internet y nuevas plataformas. Porque… ¿es YouTube cultura?
500 horas de vídeo cada minuto
Más de 500 horas de vídeo se suben a YouTube cada minuto. Entre ellas hay desde vídeos de gatitos, videos de personas dándose leñazos, bromas con cámara oculta, publicidad, publicidad encubierta, cortometrajes, propaganda política, youtubers haciendo el chorra, webseries y documentales de gran calidad. Se trata de una de las plataformas más heterogéneas de la historia de la humanidad y una variedad tan brutal imposibilita una respuesta sencilla.
Entre otras cosas, hay que acotar qué se entiende por cultura. Si lo entendemos como el conjunto de saberes o creencias y pautas de conducta de un grupo social… entonces sí, no cabe duda de que YouTube es cultura, incluso los vídeos de Dalas. Sin embargo, si pensamos más en lo que normalmente se calificaría como alta cultura, la excelencia en las artes y en las humanidades… bueno, entonces no cabe duda de que el canal de Dalas está buen lejos de ser cultura.
Sin embargo, hay una gran cantidad de contenido de enorme calidad cultural. Desde canales de videoarte hasta otros de divulgación cultural o científica. De la misma manera que nadie osa negar que el cine sea cultura a pesar de las películas de Roland Emerich o que nadie niegue lo propio de la literatura a pesar de autores como Dan Brown, tampoco se debería poder negar que YouTube es cultura.
"YouTube es terriblemente hostil a la cultura"
Quetzal, un youtuber que cuenta con 64.000 suscriptores en su canal que dedica, en buena parte, a analizar contenido cultural, tiene una visión un tanto más pesimista sobre la relación de YouTube con la cultura. "El vídeo es cultura o puede serlo, Youtube difícilmente lo es. Youtube es, de hecho, terriblemente hostil con la cultura. Tiene un algoritmo diseñado para premiar el contenido más inane, mediocre y viral posible, incluso la política de monetización se ha ajustado de forma que cualquier tema polémico o que contenga alguna tipo de referencia sexual sea inmediatamente desmonetizado".
"La plataforma premia con su algoritmo el contenido hecho a diario y con una duración de más de diez minutos, sin ningún criterio de calidad. Mientras, bots buscan cualquier extracto de material con copyright en los vídeos sin tener en cuenta ni el uso ni el contexto, y los bloquea automáticamente, complicando aún más que se comenten temas culturales. Ergo, Youtube puede contener cultura, pero es a su pesar y a la defensiva".
Vicky Campanella, portavoz de Google, discrepa: "YouTube es un importante impulsor de la creatividad europea, ya que permite que instituciones culturales, industrias creativas, nuevos talentos y emprendedores culturales tengan éxito y puedan crecer, ya sean instituciones establecidas como la Filarmónica de Berlín, pasando por programas de TV como Eurovisión o emprendedores culturales como Jamie Oliver con FoodTube, hasta nuevos talentos nacidos en la plataforma como el dúo 2Cellos o los bailarines Les Twins".
El algoritmo de YouTube da mayor visibilidad a lo que la gente ve más y lo que atrae más interés. Lo que, y eso son los vídeos fáciles de consumir, los que pueden acumular millones y millones de visitas al ritmo de "Money" de Pink Floyd, mientras que relega un contenido más complejo, más "duro" de consumir con un discurso más complicado y con una audiencia más reducida a un segundo plano.
Exactamente igual que la industria del cine.