Hay cosas que, por mucho que le demos vueltas, no las entenderemos jamás. Por ejemplo, la última es el descubrimiento que ha hecho una alpinista en los Alpes. Marika Roth al llegar a la cima del monte Ötscher se encontró con un falo gigante. Ahí plantado como si nada.
En lugar de vandalizarlo o destrozarlo, como haría cualquier persona con dos dedos de frente, lo que ha hecho esta alpinista es fotografiarlo y colgarlo en su página de Facebook para dejar constancia de su descubrimiento. Ahora ya sabemos, nosotros y medio internet, lo que hay en la cima de los Alpes. La pregunta es ¿por qué?
Hasta ahora existen dos teorías: la primera tiene que ver con el arte. Según parece algún artista habría llevado el monumento hasta allá arriba para ganar algo de promoción gratuita, ciertamente una escultura como esa en la cima de una montaña llama la atención. Aunque no hay nadie que haya reclamado la autoría hasta ahora.
Por otro lado se cree que los dueños del telesilla más cercano podrían haber ideado esta performance para aumentar el tráfico de su negocio. Según parece, y a tenor de lo que podemos ver en las fotos, la temporada de ski aún no está siendo todo lo fluida que se esperaría y los empresarios habrían apostado por nuevos usos para sus instalaciones.
De todos modos ninguna de las dos teorías está confirmada y por el momento tendremos que conformarnos con dejar volar nuestra imaginación y pensar por nosotros mismos por qué hay un pene gigante en los Alpes.