Para los periodistas que nos dedicamos a la actualidad, y al seguimiento de quienes la generan, las redes sociales supusieron una puerta abierta a las interioridades de los personajes más conocidos. Antes tenías que ir a preguntarle al famoso, luchar con sus guardaespaldas, suplicarle que te contestara las preguntas. Ahora la mayor parte de redacciones solo necesita acudir al Twitter o Instagram del susodicho para conseguir las declaraciones en primera persona; también sus fotos; incluso el contenido polémico para el que antes se necesitaba un paparazzi.
Las redes sociales no solo facilitaron el trabajo de los reporteros, han permitido que cualquiera contacte de tú a tú con sus ídolos. También allanaron el terreno para el triunfo del "yo" por encima de cualquier realidad. El narcisismo nos envuelve hasta un nivel tal que nos parece corriente que se suban 20 fotos seguidas tomadas a modo de auto retrato. Por ejemplo, visitar perfiles como los de Cristiano Ronaldo supone darse un paseo por sus placeres menos ocultos. Porque hay otro aspecto que trajeron las redes sociales: la falta de vergüenza.
He de decir que me gusta tanto el fútbol como mirar de cerca un bloque de hormigón, pero reconozco que las curiosidades que envuelven al universo futbolístico me fascinan. En especial los fastuosos lujos que rodean a una persona cuya actividad reconocida es darle patadas a un balón. Ojo, que cada cual se gasta el dinero que gana en lo que le apetece. Y si un equipo considera que un jugador vale millones de euros al mes, seguro que en popularidad y venta de merchandising le compensa.
No soy de seguir a personajes populares en redes sociales, por lo que tuve que hacerlo cuando me encomendaron la misión de analizar el Instagram de Cristiano Ronaldo. Yo había visto alguna foto y sus memes, pero no se me ocurrió nunca profundizar en el narcisismo fotográfico del jugador. Empecé mi viaje metafórico al interior del futbolista con la siguiente foto.
Supongo que si yo tuviese un jet privado también lo enseñaría, pero tampoco es un sueño por el que suspire. Pagar aeropuertos, pilotos, el queroseno que debe fluctuar de precio igual que la Sin Plomo 95... Eso sí, todo se ve genial en la foto. Diría que, incluso, parece que Cristiano vuelva de una cumbre global después de haber alcanzado un acuerdo contra el cambio climático. Por contra, la impresión que me da es que busca despertar la envidia, algo habitual en este perfil.
¿Qué tus abdominales son más duros que un kilo de turrón de Alicante? Las poses de gimnasio son una constante en el Instagram de Cristiano Ronaldo.
La siguiente pose es una de mis preferidas. Natural, que parezca que no estás haciendo más fuerza que tras una semana de estreñimiento. Espero que Cristiano no se levante así cada mañana.
Uno de los temas recurrentes en el perfil de Cristiano Ronaldo son sus hijos. Como padre comprendo que se sienta orgulloso de ellos y trate de inculcarles su pasión por el trabajo bien hecho. Lo de inculcarles su pasión por las abdominales sí que no lo entiendo.
La foto siguiente es una de las que más memes ha generado. ¿Qué problema estaría resolviendo Cristiano? Voto por "¿Cuántas semanas necesitas entrenar para conseguir 1 kilo de músculo abdominal si cada día generas 10 gramos?". La cara del chaval es para enmarcarla.
Volviendo al narcisismo de Cristiano, que es la tónica dominante en su Instagram, nos encontramos con un montón de fotos donde el protagonista no es él, son sus posesiones. Entre ellas destacan los coches.
No va en bicicleta al trabajo a no ser que necesite entrenar, eso está claro. Si yo tuviese los coches también lo haría, pero no creo que llegase a enseñar una muestra de plasma en Instagram. Eso sí: promover la donación le honra.
Y si ponemos esta foto después de la anterior...
Maldades aparte, el perfil de Instagram de Cristiano Ronaldo es una parodia de sí mismo. Muestra la realidad utópica de una vida que, pese a ser más cómoda que casi cualquier otra, también tendrá sus momentos oscuros. Es imposible encontrarlos en el perfil, como es lógico: todos compartimos lo mejor. En el caso de Cristiano es cualquier cosa que le rodea, como una suite propia de hotel.
Después de bucear durante un par de horas en el Instagram de Cristiano Ronaldo son varias las preguntas que uno se hace. Por ejemplo:
-¿Quién le hace las fotos? ¿Tiene un fotógrafo solo para los selfies de Instagram?
-¿Es imprescindible salir en primer plano incluso cuando le haces una foto a otra persona?
-¿Cuántos coches tiene Cristiano en el garaje? ¿Y zapatillas? ¿Y aviones?
-¿Se aburre teniendo todo lo que le apetece?
-Y la más importante: ¿cuántas horas de gimnasio hacen falta para tener esas abdominales?
En fin, que el Instagram de Cristiano no solo es la mejor manera de acercarse a cómo es su vida, también serviría como base para un estudio sobre la vanidad. Bueno, quizá yo hiciese lo mismo si fuese tan bueno jugando al fútbol como ganando millones...