Vamos a ponernos en situación: vas en tu tren de la mañana camino del trabajo o las clases y, de repente, de entre unos paneles que hay encima de las ventanas donde hay publicidad, asoma una cabecita. Miras atentamente y te das cuenta de que es una maldita serpiente.
Como si de la "maravillosa" película "Serpientes en el avión" se tratase, en este caso lo que ha pasado en un tren de Indonesia es que ha aparecido una serpiente en mitad de un vagón. Esto ha obligado al tren a hacer una parada técnica en una de las estaciones de su recorrido.
Sin embargo, y como todos sabemos, es en situaciones como esta donde aparecen los héroes. Y no estoy hablando de superhéroes de capa y calzón por fuera de la ropa, ni de mutantes genéticos con superpoderes. Estoy hablando de una raza superior capaz de dominar sus miedos y acabar con un temible animal como la serpiente sin despeinarse.
Desconocemos qué ha sido de nuestro héroe o si volverá a hacer próximas apariciones. Dicen las malas lenguas que algún partido político ya ha contactado con él para ver si puede hacer lo mismo que ha hecho con la serpiente con alguno de nuestros políticos, aunque de momento no se ha obtenido respuesta.
De todos modos es reconfortante saber que aún quedan personas que saben comportarse a la altura de las circunstancias y que podemos estar seguros en nuestros trayectos diarios. Siempre y cuando haya una serpiente en nuestro tren, si es otro animal desconocemos cómo reaccionaría.