En principio el negro, para la mayor parte de las culturas occidentales, es un color negativo. Cuando vamos de luto vamos de negro, el gato negro es el de la mala suerte y los días trágicos son días negros. Entonces, ¿por qué el día con las ofertas más interesantes del año se llama viernes negro?
A pesar de parecer contradictorio tiene una explicación bien sencilla. Pero antes, un poco de historia. En los EE.UU. de la segunda mitad de s. XX el consumismo y el capitalismo eran casi religión. Casi todos los eventos importantes tenían ligado un acto consumista con ellos: regalos en navidad y san valentín, el día del padre o la madre, vacaciones, etc. Sin embargo, existía un día en el cual, en principio, tan sólo se reunía la familia: Acción de Gracias.
Algunos comerciantes se dieron cuenta de algo muy particular. Muchas familias aprovechaban ese día para juntarse y darse los regalos de navidad en caso de que en las fiestas tuviesen que ir con la otra parte de la familia, algo muy común y que nos ha pasado a todos. Muchos de esos regalos eran sobres con dinerito, lo típico que hacen los abuelos.
Es por eso que algunos comerciantes vieron la oportunidad de hacer algo de negocio pensando en que si hacían un descuento suculento podrían conseguir algunos de esos sobres. Así pues, muchas tiendas pasaban ese día de números rojos a números negros, que en inglés, como ya todos sabemos, se dice black. Y de ahí viene el Black Friday.
Al menos esta es la teoría más extendida y aceptada por todos.
Sin embargo hay otra historia que, aunque está relacionada, es mucho más oscura.
La tormenta perfecta
Todo parece indicar que en el año 1966 en Philadelphia sucedieron una serie de acontecimientos que harían fijar el nombre de Black Friday en las mentes de muchos, sobre todo de los policías de la ciudad.
Como era ya tradición, a la ciudad retornaban miles de coches de familias que vivían fuera. Además muchísima gente de los pueblos de alrededor iban al centro para aprovechar las ofertas y hacer las compras pre navideñas. Así que ahora tenemos a miles de coches y familias con atascos y colas para entrar a centros comerciales. Por supuesto, el tiempo no acompaña.
Por si esto fuera poco, el partido anual entre ejército de tierra y armada se jugaba el fin de semana de Acción de Gracias en Philadelphia por lo que hay que sumar a un montón de militares campando por la ciudad en actitud festiva.
Por todos estos motivos, la policía de Philadelphia en 1966 llamó al viernes después de Acción de Gracias, "Black Friday". La idea detrás del término era desmoralizar a la gente y que se quedasen en casa y, de esa manera, hacer un poco más llevadero el caos de tráfico y gente en las calles. Sin embargo el resultado acabó siendo diametralmente opuesto.
Más de 50 años después nos encontramos con que al otro lado del charco ya hemos adoptado la expresión con facilidad. En Europa, y el resto del mundo por qué no decirlo, ya hablamos de Black Friday como si nada y abrazamos las ofertas que nos lanzan las cadenas de tiendas como si fueran familiares a los que hace tiempo que no vemos.