Alerta máxima de pañuelos, antes de continuar leyendo, por favor, hazte con unos cuantos pañuelos porque vas a llorar.
En 2013 Michael William Sellers falleció de un cáncer de páncreas. No fue el único en todo el mundo que sufrió la enfermedad pero sí que sería de los pocos que dejó hecho algo para una de sus hijas.
Por aquel entonces Bailey tenía 16 años y, según ella misma confiesa en un twit, los cumpleaños han sido muy duros desde entonces. Sin embargo, en su 21 aniversario ha recibido un regalo especial que su padre le había dejado preparado: el último ramo de flores y una postal escrita de puño y letra de su padre con un cariñoso mensaje.
La noticia ha dado la vuelta a todo el mundo y se habla en periódicos y televisiones de casi todos los países. De hecho, a más de 1,5 millones de personas les ha gustado el twit de Bailey en tan solo 3 días, lo cual explica su rápida propagación.
Según podemos leer en el New York Post, el padre de Bailey había dejado pagado durante los últimos cinco años, unas flores y una postal manuscrita para su hija. Ella, que reconoce que cada año se le hacía difícil recibir el regalo, ha confesado que con este último rompió a llorar porque sabe que no habrá más presentes como este.
Una dura segunda despedida de su padre pero que de bien seguro no podrá olvidar.