El tiempo. Ese juez supremo que quita y da la razón y pone a cada uno en su sitio, que decía José María García. El problema es que además de quitarte la razón (normalmente es lo que hace, para qué nos vamos a engañar) también hace que te salgan unas patas de gallo que llegan un momento que se convierten en garras de perodáctilo. Y hay gente que eso no lo puede permitir. Silvio Berlusconi, il Cavaliere, es una de esas personas.
A sus 81 años, Berlusconi ha decidido volver a la arena política. Y claro, no lo puede hacer con el aspecto de un estropajo. Para preparar su nuevo desembarco ha decidido pasar por el taller y darse un chute... o dos o tres de botox. Y es que cuando una persona con ocho décadas a sus espaldas se empeña en parecer una de 50 puede dar lugar a algo terrible. Y eso es lo que ha pasado.
Y es que hay que reconocer que los artistas del museo de cera han hecho un buen trabajo reflejando la cara del... ¿qué? ¿que esas fotos son él?
En su empeño de rejuvenecerse Il Cavaliere se ha lanzado a hacer esquí por el valle inquietante. Mirar su nueva imagen es como mirar un muñeco de Fraggle Rock disfrazado de humano. Y hay que reconocer que ha logrado retrasar el tiempo: parece un muñeco animatrónico de una película de los 80.
Aunque por otra parte tampoco se puede descartar que estemos ante una invasión extraterrestre. Es posible que una civilización superavanzada esté tratando de infiltrarse entre nosotros secuestrando a nuestros líderes y sustituyéndolos por androides indistinguibles de los originales. Berlusconi podría ser el primer miembro de este maléfico -y todavía por perfeccionar- plan.
Al menos los memes que nos ha dejado son divertidos. Puede ser que cuando estemos todos esclavizados por Kang y Kodos ya no nos hagan tanta gracia, así que disfrutémoslos hoy que todavía podemos:
Ahora lo entendemos. Berlusconi llevaba una careta de Berlusconi. Genio.