10 extras glorificados de Star Wars con una historia más larga que la Biblia
En la Jungla. Si quieres sacar provecho de verdad a una franquicia no puedes dedicarte únicamente al cine, tienes que sacar novelas, cómics y series de televisión. Producto transmedia, que lo llaman ahora. Star Wars nos ha dado una lección magistral de ello. Y lo que queda...
12 diciembre, 2017 17:23Si hay una máquina de hacer dinero en esta galaxia esta es Star Wars. Todas sus películas son un petardazo en taquilla. Probablemente serían un exitazo incluso si Jar Jar Binks interpretase todos los personajes. Incluso antes de ser adquirida por Disney, LucasFilm ya demostró una soberbia habilidad de exprimir al máximo su saga.
Series, novelas, cuentos, cómics, videojuegos… para alimentar la fiera ávida de historias que es el fan de Star Wars hay que aprovechar al máximo cualquier individuo que aparece por la pantalla. Y como las aventuras de Luke Skywalker y los personajes principales puede acabar aburriendo, cualquier extra vale para crear una saga de quince novelas, cuatro series de cómics y tres videojuegos.
Boba Fett
Sí… puedo sentir la ira aproximándose a los comentarios… “¿cómo puedes atreverte a criticar al cazarrecompensas más malote de la galaxia?”. El diseño de Boba Fett mola mucho y todo lo que queráis, pero, aceptémoslo, el personaje tampoco brilla mucho en las películas. En El imperio contraataca es poco más que una chivata que le dice a Darth Vader dónde ha huido el Halcón Milenario, mientras que en el Retorno del Jedi, en el momento en el que se puede lucir demostrando por qué es tan temido, tiene la muerte* más ridícula de la saga. De su aparición en las precuelas, mejor no hablar mucho.
*¡Que Boba Fett no murió en el pozo de Sarlaac! Pues claro que no, Lucas debió arrepentirse en el minuto 1 de matar a este personaje, por lo que en subsecuentes novelas y cómics decidieron que gracias a su armadura sobrevivió a la digestión de mil años y protagonizó tropecientas aventuras más. A 10€ la aventura, claro.
Evilo Nailati
¡Si parpadeas te lo pierdes! No hablamos de Fórmula 1, hablamos de la aparición de este personaje en El retorno del Jedi. Aparece en un plano, entre la penumbra, cuando R2D2 y C3PO llegan al palacio de Jabba en una de las primeras escenas de la cinta. Su papel no es otro que el de surgir de entre las sombras y dar un pequeño susto al droide dorado. Sí, es esa figura arácnida que se intuye en un lado.
Pues bien, ese personaje es un monje de la orden de B’omarr, quienes construyeron, de hecho el palacio en el que vive el gangster Hutt. En su búsqueda de la “iluminación”, separó su cerebro de su cuerpo y lo introdujo en esa especie de araña robótica. Como dato curioso, os diremos que al contrario que otros miembros de su orden no cesó la comunicación con el mundo exterior, sino que se limitó a amasar el máximo conocimiento del universo posible. Como Cortocircuito, pero en araña.
Quinlan Vos
“¡Eh, ese personaje que aparece en el fondo de la escena en la que Anakin y Sebulba casi se pelean por culpa de Jar Jar Binks mola mucho, ¿por qué no lo convertimos en el protagonista de un montón de cómics?” Exactamente eso es lo que hizo Dark Horse -editorial que publicaba los cómics hasta la llegada de Marvel- con un personaje que aparecía en el fondo de La amenaza fantasma. Y sí, quizá no lo sepas, pero ese personaje aparentemente irrelevante con pintura amarilla en la cara es en realidad un maestro Jedi.
Su nombre es Quinlan Vos y no es el típico Jedi. Es más bien el Harry el Sucio de los Jedi, que no siempre sigue las reglas. A eso hay que sumarle que perdió la memoria y tuvo que volver a aprenderlo todo. Durante las Guerras Clon usó su fama para simular haber caído en el lado oscuro e infiltrarse entre los hombres del conde Dooku. Además, es de los pocos Jedi que sobrevivieron a la Orden 66, que un aspecto tan molón no se puede desaprovechar.
Aurra Sing
“¡Eh, ese personaje que aparece en el público de la carrera de mola mucho, ¿por qué no lo convertimos en el protagonista de un montón de cómics?”. Sí, parece que esta forma de pensar es muy recurrente en la factoría del Rancho Skywalker, porque digamos que la han usado más de una vez. En esta ocasión, al menos el personaje aparecía en primer plano y ocupando buena parte de la pantalla… aunque fuese durante cinco fugaces segundos.
Por arte de magia, esta espectadora se convirtió en una antigua padawan –que es como se llaman a los becarios de jedi- quien antes de completar su entrenamiento cayó al lado oscuro. Desde entonces se ha dedicado al lucrativo negocio de cazar recompensas, especializándose en quitar de en medio jedis.
Davin Felth
“Señor, droides”. Esta frase y cinco segundos de pantalla (que en realidad son más, porque resulta que este soldado de asalto también es uno de los que participa en el tiroteo con el Halcón Milenario cuando este escapa de Mos Eisley) sería más que suficiente para personajes de muchas películas. Pero esto es Star Wars, así que tenemos que saber hasta en qué academia se graduó.
Se graduó en la Academia de Carida, donde descubrió un grave error de diseño en los AT-AT (los tanques caminantes). Sin embargo, el General Veers lejos de reconocerlo, decidió ocultar el descubrimiento mandando al chaval a infantería a Tatooine, donde participó en el asesinato de los Jawas que encontraron a R2D2 y a C3PO y en el de los tíos de Luke. Esto le hizo plantearse su afiliación. Durante el tiroteo con el Halcón, tomó una decisión y disparó por la espalda a su capitán, antes de unirse a la Rebelión.
Jek Porkins
Jek Porkins es un personaje muy especial, el primer héroe rebelde en caer en el ataque a la Estrella de la Muerte. Muchos nos preguntamos ¿por qué diablos no saltó como le ordenaron por la radio? ¿de verdad pensó que después de recibir un impacto láser iba a evitar que su nave estallase con apretar un botón? ¿cómo eran las revisiones médicas de la Rebelión para que permitieran que alguien con un sobrepeso tan evidente se subiera a un maldito caza? ¿Lucas de verdad pensó que era gracioso llamar Porkins a un personaje gordo?
Pues que sepas que Jek Tono Porkins nació en Bestine, donde fue campeón volando con lanzaderas T-16. Su vida cambió cuando el Imperio decidió convertir su planeta en una base militar, desplazando a quienes vivían allí. Aunque en un primer momento incluso llegó a trabajar con el Imperio, pero cuando las promesas de un nuevo hogar resultaron ser falsas decidió unirse a la Rebelión. Y donuts, también le prometieron muchos donuts.
IG-88
En la escena del Imperio Contraataca en la que Darth Vader habla con los cazarrecompensas muchos pensamos “anda, en los superdestructores estelares también usan minipimer”. Y eso está bien, porque entre tanta supertecnología aquello le daba un toque de cercanía. Luego descubrimos que aquello no era una batidora, sino un cazarrecompensas -¡otro!-.
Y no un cazador cualquiera, este era una IA que había cobrado conciencia de sí mismo y exterminado a sus creadores -mucho antes que Skynet, ojo-, antes de comenzar a copiar su personalidad en otros robots con la siempre sana intención de exterminar todas las formas biológicas. Llegó a tomar el control del ordenador central de la segunda Estrella de la Muerte, pero justo antes de que este Che droide comenzase su revolución, Lando Calrissian y Wedge Antilles destruyeron la estación. Qué suerte, oye.
Dannik Jerriko
En la secuencia de la cantina de la primera cinta vemos muchos alienígenas. Muchísimos. Y probablemente el menos extraño de todos es un narizotas con unas extrañas extensiones que caen por el costado de su cara mientras fuma en una elegantísima pipa que debe ser el equivalente al cigarrillo electrónico galáctico. Pues bien, este señor es un vampiro interestelar. Y además cazarrecompensas. Toma combo.
Su especie se alimentaba del cerebro de otros, algo que hacía metiendo esos colgajos de la cara por la nariz de sus víctimas. Esta característica le fue muy bien en su carrera como cazador de recompensas alimentándose de todo tipo de escoria que la sociedad no quería. Era un habitual del palacio de Jabba, quien tenía en alta estima sus cualidades.
Willrow Hood
Si hasta ahora todos los extras que hemos visto eran extraterrestres, robots o humanos de aspecto pintoresco en este caso nos encontramos con un personaje muy terrenal: un señor con una yogurtera. Se le puede ver en la escena de la Ciudad Nube en El Imperio Contraataca, cuando Lando avisa por megafonía de la invasión imperial. Entre la gente que huye de la ciudad vemos a Willrow y su inseparable yogurtera.
Pues bien: no es una yogurtera. En realidad este buen hombre es un espía rebelde y lo que llevaba es el núcleo de un ordenador en el que tenía una lista de todos los contactos de la Alianza en el sector, y estaba jugándose el pellejo con tal de mantener a salvo sus identidades. Y es que cuando tu civilización está ocupada inventando motores interestelares no tiene tiempo de inventar el USB.
Bidlo Kwerve
Y ya llegamos al punto álgido de la locura de dotar de historia a cualquiera que se haya cruzado con una cámara durante el rodaje de Star Wars –que a este paso hasta los ácaros del disfraz de Chewbacca van a tener su serie de televisión-. Y es que ya no hablamos de un personaje, sino de un trozo de atrezzo. Concretamente de la calavera que Luke usa para dar al botón que baja la compuerta del Rancor.
Pues ese cacho de hueso solía llamarse Bidlo Kwerve y era un contrabandista avaricioso que chocó repetidas veces con Han Solo. Él y Bib Fortuna (el mayordomo de Jabba que lleva su cresta como si fuera una bufanda) encontraron una nave estrellada en el desierto con un bebé de Rancor. Se lo presentaron a Jabba como regalo, ante lo que el Hutt ofreció dos recompensas: uno sería su mayordomo y otro obtendría “un honor mayor”. Bidlo eligió el honor mayor, que no era otro que ser la primera víctima del Rancor. No, en serio, el final de esta historia es más tonto que el de Perdidos.
¿Volvemos a empezar?
¿Pero sabéis lo mejor de todo? Que gracias a Disney todo lo que se ha explicado aquí ya no es Canon, por lo que todos estos personajes pueden protagonizar historias totalmente nuevas, más locas, más grandes y con la capacidad para destruir un planeta.
Jolgorio absoluto.