Estos son los seis segundos más dolorosos y tronchantes que verás este año
En la Jungla. Bajar las escaleras de forma normal es aburrido, los toboganes son más divertidos. Hasta que te encuentras un obstáculo a la altura de cierta zona delicada del cuerpo masculino.
22 diciembre, 2017 10:18Una tontería al año no hace daño ¿o sí? Desde luego la de este chaval tiene pinta de ser de una de esas experiencias aleccionadoras, con las que aprendes, bien por las malas, que es mejor hacer caso a las advertencias. Cuando veas un cartel en el metro que dice "no deslizarte entre las escaleras", mejor no lo hagas.
La escena de Mary Poppins en la que sube y baja las escaleras mágicamente sentada en la barandilla es un clásico de muchas infancias. Suponemos que nuestro protagonista tuvo una relación muy especial con la película, hasta el punto de querer imitarla en el metro. Solo un consejo: si vas a hacerlo, asegúrate de que no tienes obstáculos en el camino.
"Una noche top", escribía el que suponemos que es un amigo, "pero esto es lo más destacado". No parece el mejor gesto de amistad reírse de un camarada caído... ¿pero hay algo más gracioso que ver a alguien darse un morrazo así?
Top night last night, but this has to be the highlight 😂😂😂 pic.twitter.com/yMqDvOoVML
— James Gower (@__gower) 21 de diciembre de 2017
Recordemos que para aspirar a un Premio Darwin no tienes que morir de forma idiota, basta con perder la capacidad de reproducirte, y visto lo visto es posible que el protagonista cualifique. En poco más de 12 horas el vídeo ha superado los 188.000 retuits y es un serio candidato a fail del año.
Mal de muchos, consuelo de tontos, dicen, pero al menos no es el primero en vivir un fiasco similar:
Algo especial deben tener las escaleras mecánicas, que llevan a seres humanos adultos a comportarse como completos idiotas. No hay más que ver este otro maravilloso ejemplo. "Oh, eso es una mala idea", se oye decir a un testigo. Y vaya si lo era.
Aunque también puede ser usado para quitar de en medio entes molestos. Basta con acelerar un poco su velocidad y... ¡puf! ¡magia!