Internet nos abrió las puertas del conocimiento universal, de la comunicación sin barreras, de la opción a que cualquiera publicase su talento pudiendo alcanzar con él a millones de personas. Y parece que también nos vuelve más estúpidos, esa es la única conclusión posible tras analizar los fenómenos virales que se fueron extendiéndose como plagas online. Que si tirarse un cubo de agua con hielo, agua hirviendo, hacerse heridas voluntariamente... ¿Hasta qué límite vamos a llegar solo por unos cuantos "likes"?
La premisa de uno de los últimos virales es sencilla: comerse las cápsulas de detergente para la ropa. No tiene ningún sentido, lo sabemos, pero partió de un meme que compara a dichas cápsulas con aderezos comestibles. Dado que la marca promociona el perfume del detergente como un extracto de frutas con todo el aroma de los vegetales, ¿que pasaría si se comieran? La lógica dicta que nada bueno. Los resultados de los servicios de urgencias lo corroboran.
Antes de escandalizarnos hay que aclarar que, pese a que el viral existe, y que hay personas que realmente se tomaron un aperitivo de detergente envuelto en "deliciosas" cápsulas, la mayor parte de las publicaciones sociales forman parte de los memes relacionando la marca de detergente (Tide, propiedad de Procter & Gamble). La marca promociona sus cápsulas con perfumes y sabores reconocibles; de ahí que surgiese la broma de aderezar las comidas con las dichosas cápsulas. De la broma al reto viral hay un paso, algo que terminó sucediendo.
El alcance del reto viral está siendo tan peligroso que la propia Tide ha tenido que salir al paso advirtiendo de los graves riesgos de comer detergente.
Por absurdo que parezca realizar esta advertencia, y como la marca comenta en el comunicado, las cápsulas de detergente solo sirven para lavar la ropa. Algo obvio que la estupidez del reconocimiento online puede llegar a obviar.