De todos es sabido que a excepción de Edward Bloom ninguno de nosotros sabrá nunca cómo y cuándo le llegará su hora. Al protagonista de Big Fish se lo había contado una bruja cuando era un niño, así que nunca se asustaba ante los peligros y zanjaba diciendo: “no es así como me marcho”.
Regresando a la realidad, lo que sí podemos hacer es calcular probabilidades gracias al análisis de datos. Así, en la primera, sabremos cuándo tenemos más papeletas para estirar la pata y, en la segunda de las gráficas se nos mostrarán las causas más probables.
Al nacer y al hacernos ancianos
El pico que esta primera gráfica nos muestra en la más tierna infancia nos recuerda que, a pesar de los muchos avances médicos, los bebés tiene las mismas posibilidades de fallecer que un adulto de unos 54 o 55 años.
Estas van descendiendo hasta las mínimas de los 11-13 años, cuando los preadolescentes ya son autónomos y tienen su organismo más formado y consciencia del peligro, así como mecanismos para evitarlo, como puede ser saber nadar o cruzar la calle cerciorándose de que no pasan coches.
A partir de esa edad comienza el subidón hacia no inevitable. Desde el 0,1 % de probabilidad de morir en la treintena hasta el 100 % de hacerlo al cumplir un siglo de vida. La cosa, claro está, se acelera desde los 96 años. Así que si tenemos abuelos de esa edad, son unos supervivientes privilegiados.
15 grandes causas de muerte
El experto en estadística y bigdata de la Universidad de California, Nathan Yau, ha creado una gráfica interactiva con la que intenta predecir de qué vamos a morir y, de nuevo, cuándo. Explica en su web que para crearla analizó las bases de datos de las causas de muerte en los centros hospitalarios de EE.UU. y recopiló información sobre las muertes que se produjeron entre 1999 y 2014.
Analizados los datos, encontró patrones similares y estableció una clasificación de 15 grandes causas que muerte en consonancia con lo publicado con la OMS. Motivos frecuentes como el cáncer, los problemas de circulación, las infecciones, los problemas neviosos o mentales, entre otras.
Yau ha llegado a la conclusión de que los jóvenes tienen más facilidad para fallecer por factores externos y, a medida que se cumplen años, por factores internos. También ha encontrado peculiaridades entre los hombres y las mujeres. Mientras los primeros tienen un 10 % de probabilidad de morir por algo externo, las mujeres las reducen al 5 %.
Pinchando aquí podremos acceder a la gráfica y ver cómo de crudo lo tenemos a corto, medio y largo plazo.