A todos aquellos hallazgos valiosos que se producen de manera accidental o casual los llamamos serendipias. Son esas cosas, pequeñas o grandes, con las que nos tropezamos cuando estamos buscando otras totalmente distintas. Estas serendipias son muy comunes en la ciencia, pero la vida en sí misma puede ser también una concatenación de muchas experiencias de este tipo unidas por el azar.
Si no, que se lo pregunten a Laura Walter, una joven estadounidense de Utah que acaba de descubrir por casualidad que había estado en varias ocasiones a pocos metros de su marido cuando ni siquiera lo conocía. El descubrimiento llegaba de la mano de Google Photos, el servicio gratuito de almacenamiento de fotografías que incorpora el reconocimiento facial.
Laura estaba usando la aplicación para localizar imágenes de su marido Nick, pero la búsqueda llegó a las fotografías más antiguas que había almacenado y él, como por arte de magia, también aparecía en ellas. Ambos son grandes aficionados al baloncesto y allí estaban, a pocos metros, en el mismo pabellón. El, cómo no, con su ordenador:
Su pasión por los BYU Cougars los había unido mucho antes de darse el sí quiero. Fueron tres las fotos que tomó Laura en la que aparecía Nick, entre el público. “Si usas Google Photos, busca a tu pareja y haz scroll hasta el final. ¡Acabo de encontrar tres fotos de @nickchuckwalter a pocos asientos de mí en varios partidos de BYU, años antes de que nos conociéramos!”, escribió en su Twitter.
La aplicación de Google Photos, que podemos instalar en dispositivos Android, nos permite almacenar imágenes, hacer collages y también buscar rostros o cosas concretas en nuestro archivo. De hecho, por defecto ya configura un álbum que se llama “Personas”, agrupando todo el material de cada individuo que ha reconocido. No estaría mal, como dice Laura, pasarse unos minutos investigando. Quizás nos llevemos una sorpresa como la suya.