Si existe algún universo como el que nos muestra la publicidad todo el mundo es guapo y sexy. ¿Inteligentes? Eso ya no lo sabemos, porque lo que importa es que entre por los ojos, que grite "mírame", que grite "deséame", "cómprate", "dame todo tu dinero".
Mucho se habla, y con razón, de la cosificación de la mujer en la publicidad, donde en muchas ocasiones solo aparecen en los anuncios semidesnudas y sin más papel que llamar la atención de aquellos interesados en la anatomía femenina.
Sin embargo, la cosificación en la publicidad no es solo cuestión de la mujer, también del hombre. La periodista María Jamardo ha dado un repaso por el algunos anuncios que demuestran que la cosificación no es únicamente hacia la mujer -aunque sea la víctima más habitual-.
Una opinión que será sin duda polémica, por mucho que no le falte parte de razón. Aunque es cierto que hay muchos anuncios que cosifican al hombre, no cabe duda que todavía es una mayoría la que cosifica a la mujer. Algunas de las respuestas recibidas se puede ver comparativa entre dos anuncios de la misma marca:
Por otro lado, no hay que olvidar que al contrario de lo que muchos puedan creer, la publicidad no impone estereotipos, sino que tiende a jugar con aquellos ya instalados en el imaginario colectivo. En este sentido, que la cosificación publicitaria ya no sea un monopolio de la mujer puede indicar que vamos por el buen camino.
Todo lo buen camino que puede llegar a ser la cosificación de las personas, que sería mejor que no ocurriera, pero tampoco podemos olvidar que hablamos de la publicidad y que necesita impactarte en unos segundos. Quizá debamos aprender a interpretar los anuncios como lo que son: anuncios.