El cine norteamericano nos ha trasladado una imagen de los scouts tan estereotipada que todos hemos asumido que los 'boy' y las 'girl' scouts de todo el mundo se dedican casi en exclusiva a vender galletitas y llevar una pechera repleta de insignias.
Para los exploradores americanos vender estos productos dulces supone una fuente de financiación muy importante para sus actividades y también un estímulo para sus pequeños. Y así, como una especie de reto, es como se ha tomado esta pequeña la venta de sus galletitas.
La joven girl scout eligió un punto de venta tan efectivo como poco usual: la puerta de un dispensario de marihuana en San Diego, California. Allí, según varios medios, llegó a despachar unas 300 cajas de galletas en seis horas durante este pasado fin de semana, que se celebraba la Super Bowl.
Su foto se viralizó
Urbn Leaf, que así se llama el dispensario, publicó la foto de la pequeña con su chaleco de insignias y sus galletas en la puerta de la tienda, animando a sus clientes a adquirir un paquete cuando pasasen por allí.
La imagen se compartió miles de veces hasta hacerse viral y llegar tanto a las autoridades locales como a los responsables scouts. La policía está tratando de identificar a la pequeña, que en la foto lleva un antifaz, para hablar con su familia porque, dicen, “no está permitido vender galletas en un área comercial”.
Por su parte, el Consejo de Girl Scouts de San Diego ha abierto una investigación para saber si ha roto las reglas al haber vendido sus galletas allí. Avanzan que seguramente sus padres no conocían las normas, pero advierten que podría perder los premios que ha ganado.
Apoyar los esfuerzos locales
Por su parte, el responsable de Urbn Leaf, Will Senn, se muestra dispuesto a aclarar cualquier malentendido ante las autoridades porque, asegura, “llevo mucho tiempo en la industria del cannabis y trabajé para sacarlo de la sombra”.
La marihuana recreativa se legalizó este pasado 1 de enero en California y, según Senn, está teniendo una “buena aceptación”. Por eso, señala, “cada vez que podamos apoyar la recaudación de fondos para iniciativas locales, como esta girl scout vendiendo galletas, lo haremos”.
Senn asegura que la pequeña llegó con sus padres en una furgoneta y estuvo todo el rato supervisada por ellos. El dueño del dispensario también explicó que uno de los efectos directos del consumo de marihuana es el llamado “bajón”, la necesidad de consumir algo dulce pasado un tiempo, por eso cree que la iniciativa de las galletas ha obtenido tan buenos resultados.