Puigdemont en Bélgica, Anna Gabriel en Suiza... al final va a ser verdad que el independentismo catalán es un movimiento abierto al mundo, tanto que a este paso no sabemos quién llegará antes a Marte, si los indepes o Elon Musk. Que Puigdemont se haya instalado en Waterloo no puede sorprender a nadie, al fin y al cabo su peinado no es tan distinto a los de Abba. Sin embargo, que Anna Gabriel, revolucionaria anticapitalista, se haya plantado en el país más del sistema que uno puede pensar.
Tanto que uno se plantea si ha ido a buscar evidencias de algo:
Y, claro, uno ve que Anna Gabriel está ricamente en Suiza y Artur Mas declarando en el Supremo y uno se acuerda de aquel casi lejano 2015...
Mal destino no ha elegido, no. Un lugar barato:
Y es que, de todos los países que hay en el mundo tenía que elegir Suiza. No decimos que no pueda ir al país helvético ni que se tuviera que ir a Venezuela, Cuba o cualquier paraíso marxista, pero lo cierto es que el chiste casi se hace solo:
¿Y sabéis que otros famosos amigos de los banquillos están felizmente atrincherados en Suiza? Pagaría por ver cómo se cruzan en el supermercado.
Igual muchos pensáis "con esto se están cayendo las caretas y muchos independentistas se bajarán del barco". Que no, que todo bien. "Tot es part del plan".
Más o menos así: