Hasta no hace mucho éramos las mujeres las que recibíamos consejos para no sufrir violaciones. "No vuelvas sola de noche a casa" es una de las primeras directrices que las madres comparten con sus hijas cuando empiezan a tener edad de salir de copas. Llevar las llaves en la mano y apretarlas fuerte, y el WhatsApp de rigor al llegar para que sepan que llegamos bien es nuestra rutina.
Instituciones y entidades de todo el mundo organizan cursos de defensa personal para mujeres y el transporte público en algunas ciudades realiza paradas a petición de las usuarias para que sus portales les queden lo más cerca posible. No seré yo quien diga que estas medidas no sean positivas, pero quizás es hora ya de que el mensaje se destine a los únicos culpables de las violaciones: los violadores.
Resulta paradójico que seamos las mujeres las que tengamos que protegernos y se haga tan poca pedagogía en el sentido contrario. De nuevo nos responsabilizan a nosotras por algo tan grave como las agresiones sexuales. Lo bueno es que, gracias a que el miedo está cambiando de bando gracias al grito unánime de las feministas, es el momento perfecto para explicar cómo no convertirse en un violador. Y lo haremos de la forma más sencilla posible: con imágenes.
El pasado mes de noviembre ya os lo explicábamos con el famoso vídeo de la taza de té que se ha vuelto a viralizar ahora a raíz de la sentencia de La Manada, pero tenemos todavía más material:
Es importante además que el mensaje no solo salga de las mujeres, sino que también los hombres interpelen a sus semejantes, como hace este youtuber en un vídeo que, a pesar de estar publicado en 2017, ha vuelto a difundirse mucho estos días:
La implicación de los hombres es fundamental no solo porque ellos también son educadores, sino porque si de verdad se sienten avergonzados, como demostraron algunos de ellos bajo el hashtag #Cuéntalo el pasado viernes, deberían rechazar visiblemente todas las conductas machistas y agresivas de los demás, sean sus amigos, familiares o compañeros de trabajo.
Pero volvamos al discurso femenino, el fundamental ya que somos las víctimas y nadie mejor que nosotras para explicarlo. Esta otra chica también ofrece unas recomendaciones muy útiles para que nadie que no quiera hacerlo se convierta en un violador:
La guionista y actriz francesa, Chloé Fontaine, abordó en su corto Soy ordinaria un tipo de violación que está realmente silenciado, el que se sufre dentro de una pareja. No sería extraño que después de visualizar estos dos minutos os sintáis reflejados de un modo u otro:
Para finalizar siempre es bueno rebuscar entre las estupendas viñetas de Feminista Ilustrada que, por su sencillez y mensaje, resultan verdaderamente certeras y fáciles de entender para todos los públicos:
Y, como dijo alguien muy famoso, todos estos mandamientos se podrían resumir en uno solo: no es no.