Oler a gas nunca es una buena señal, puede ser la primera señal de que estás a punto de presenciar una explosión al más puro estilo Michael Bay y tú vas a estar en el primer plano. Por ello el buen criterio exige que ante esta situación todo el mundo abandone el lugar pitando de forma calmada y ordenada. Eso fue lo que ocurrió en la biblioteca del Instituto Real de Tecnología de Melbourne, pero la razón del olor no era otra que una simple fruta.
500 personas, -alumnos y profesores- fueron evacuados a las 3 de la tarde ante la sospecha de un escape de gas. Sin embargo, cuando la brigada de bomberos llegó al lugar se encontró un escenario inesperado. Aunque la librería tiene entre su material docente elementos químicos potencialmente peligrosos, el origen no era ninguno de ellos, ni tampoco ningún agujerito en una tubería. El origen estaba en un cajón y era un durio en un avanzado estado de putrefacción. Al parecer, hace algunos días alguien olvidó el desayuno allí-
Al parecer, una vez que el olor logró escaparse del cajón, llegó hasta el sistema de aire acondicionado que lo distribuyó por todo el edificio, generando pánico. El durio es una fruta de origen asiático, cubierto de espinas y con un fuerte olor en ocasiones comparado con el de los calcetines sudados. Sabiendo esto, podéis imaginar la razón del pánico.
Se da la circunstancia de que el olor de esta fruta ya ha llevado a que se prohiba en algunos lugares, como en el metro de Singapour, donde se pueden ver carteles como este:
Lo cual no quita que a muchas personas les haya parecido ridícula la reacción ante el olor de la fruta:
1) Esta es la reacción más de "gente blanca" a un durio.
2) Esto es por lo que en los hoteles no te dejan llevarlo a la habitación, para que nadie se vuelva loco.
3) El auténtico crimen aquí es dejar un durio sin comer hasta el punto que se pudra.
El durio en cuestión será retirado y gestionado por la Autoridad de Protección Ambiental. Así que ya sabes, la próxima vez que alguien coma una mandarina a tu lado, piensa que podría ser mucho peor.