Vivimos una auténtica época de destape del machismo que se antoja imparable. El #MeToo primero, su versión española con el #Cuéntalo después y, ahora, la revolución de los pantallazos que demuestran, en muchos de los casos, el acoso al que algunos famosos someten a compañeras o seguidoras.
Es el momento propicio para replantearse, una vez más, nuestros referentes culturales. Esa permanente contradicción con la que lidiamos entre lo que nos emociona del arte y la mano que le da forma. La obra como resultado y su creador como promotor. Un creador que puede ocultar al más peligroso de los maltratadores.
El feminismo no se cansa de poner sobre la mesa los nombres de aquellos que no tratan bien a las mujeres porque es importante que se sepan señalados, incluso después de muertos. Y con esta premisa, aunque sin mencionarlo explícitamente, la artista Paula Bonet se ha puesto a deslizar sus pinceles en una serie de retratos oscuros en el más amplio sentido de la palabra.
Picasso, Arthur Miller, Foster Wallace, Josep Pla... Los rostros de una generación de referentes culturales que ¡oh, sorpresa! eran misóginos, machistas o directamente maltratadores y violadores. Algo que ha pasado desapercibido o estaba en un segundo plano y por eso es necesario recordar:
Retratos negros
El caso de Picasso es quizás uno de los más conocidos. Celoso compulsivo, controlador, maltratador de mujeres, el 'genio' andaluz no dudaba a la hora de manipular a las mujeres a su antojo valiéndose de su fama.
Arthur Miller, ese señor que se nos vendió durante años como el "rescatador" de una Marilyn Monroe que solo buscaba un padre, tampoco fue la bondad hecha hombre.
Más recientemente hemos sabido que tampoco se libra David Foster Wallace, otra joyita del que la periodista y poeta Mary Karr ha contado que "infligía violencia hacia mí".
El poeta Ted Hughes también era un maltratador. Unas cartas inéditas hasta el pasado año de la que fuera su mujer, Sylvia Plath, así lo demuestran.
"He dicho que era antifeminista. Añadiré que he sido atacado de querer cerrar las mujeres en la cocina. Pero yo no quiero cerrar nadie, aunque confieso que, en la cocina -sobre todo si no es muy moderna-, se está muy bien". Josep Pla.
Jack Kerouac, el guay de la generación beat, también hacía alarde de misoginia:
Normal Mailer, referente del nuevo periodismo con dos Pulitzer bajo el brazo, casi asesina a una de sus mujeres:
Y estos, como las pinceladas de Bonet, solo son pequeños retazos oscuros de la vida de estos hombres, pero ni de lejos retratan toda su biografía de maltrato a las mujeres. Como ellos, en la vida y en al arte, hay muchos más. Quizás sea el momento de sabernos todos sus nombres antes de pasar una página, ver una película o escuchar una canción.