"Un niño tan pequeño no debería de tener que despedirse de su compañera de travesuras, de su pareja de juego, de su mejor amiga, de su hermanita pequeña". Así comienza el texto que escribía Matt Sooter acompañando una imagen de sus dos hijos. La pequeña Addy y Jackson, que posa su mano en la frente de su hermana horas antes de que ella falleciera a causa de un tumor cerebral.
Addy tenía cuatro años y llevaba la mitad de su vida luchando contra un glioma pontino intrínseco difuso (GPID), un tipo de cáncer que afecta a la parte del cerebro que controla varias de las funciones vitales, como la respiración o la frecuencia cardíaca. El pasado 3 de junio fallecía en el hospital, pero antes protagonizaba la instantánea junto a su hermano, que su padre colgó en las redes sociales.
La familia, residente en Springdale, Arkansas, narraba la evolución de su hija a través del grupo Hope por Addy Joy. "No debería ser así, pero este es el mundo roto en el que vivimos", lamentaba Matt, pidiendo una oración por su hijo Jackson del que, decía, "no quiere irse de su lado y nosotros tampoco lo haremos".
La pequeña Addy había empeorado a pesar de que el día antes de morir se había levantado "juguetona", pero apenas podía comer. Horas después de compartir la conmovedora imagen de sus hijos, la niña fallecía y así informaba de ello Matt:
"A la 1:04 AM nuestra dulce niña recibió la curación milagrosa por la que todos hemos estado rezando durante tanto tiempo, y encontró los brazos de Jesús. Pasó de esta vida a la siguiente tal como había vivido: obstinada pero también pacíficamente y rodeada de familia".