Huyen de Siria y logran el éxito en Canadá fabricando un chocolate "pacifista"
En La Jungla. Una familia de refugiados sirios ha encontrado el éxito en Canadá fabricando un chocolate delicioso que venden en todo el mundo y se llama 'Peace by Chocolate'.
22 junio, 2018 12:32Aunque la crisis de los refugiados sea un problema global que de momento estamos lejos de enmendar, estos días ha vuelto a estar de rabiosa actualidad. Cuando esto sucede, las redes sociales vuelven a llenarse de comentarios poco afortunados que describen a esas personas que dejan sus países atrás para esquivar a la muerte como una especie de amenaza que pisará nuestra tierra para beneficiarse de ayudas y "robar nuestros empleos".
La historia de la familia Hadhad es un ejemplo de lucha y superación que nada tiene que ver con estos tópicos injustos. Fabricantes de chocolate en Siria, un ataque aéreo destrozó su factoría en 2013 y los empujó a buscar refugio en Libia. Llegaron en 2016 a un pequeño pueblo canadiense en la costa atlántica después de ser admitidos en el programa de refugiados del Gobierno de Canadá.
En septiembre de 2017 lograban abrir su fábrica de chocolate en su nuevo hogar y cumplir su sueño. Un periplo con final feliz y espacio para la reflexión que ha relatado con todo lujo de detalles Ernesto Filardi (@HacheFilardi) en un hilo de Twitter:
Hay demasiadas noticias terribles estos días, así que es hora de contrarrestar con un poco de #BeautyStrikesBack. Hoy os quiero contar la historia de los Hadhad.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Estamos en el año 2002. Isam Hadhad abre en Damasco la que sería la segunda fábrica de chocolate más grande de Oriente Medio. pic.twitter.com/ED0XW8SaZG
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
La fábrica funciona bien, gozando de cierto éxito comercial. El chocolate es un idioma universal, y por eso consiguen vender sus productos no solo en Siria sino en otros países de la zona.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Pero en marzo de 2013 un ataque aéreo destroza la fábrica. Tareq, el hijo mayor, estuvo a punto de morir cuando le cayó una bomba a solo diez metros. Poco tiempo después llegaron al Líbano como refugiados. No tenían nada.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Los Hadhad consiguieron ser admitidos en el programa de refugiados del gobierno canadiense. En 2016 llegaron a Antagonish, un pueblecito de 4500 habitantes en Nova Scotia, en la costa del Atlántico. pic.twitter.com/c4mVMQcZdS
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Era la primera vez que montaban en avión y llegaron en invierno. Pero podían trabajar, ya que el gobierno canadiense otorga residencia permanente a los refugiados en el mismo aeropuerto de llegada.
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En Damasco, a Hadhad solo le faltaban unas pocas asignaturas para terminar medicina. Pero por cuestiones de convalidaciones y estándares canadienses, al llegar descubrió que no iba a ser tan fácil terminar la carrera en Canadá.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Aparte, no toda la familia fue admitida en Canadá. Alaa, una hija de 25 años, tuvo que quedarse en Líbano con sus hijos. La familia Hadhad estaba conmocionada. ¿Qué hacer, cómo salir adelante?
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Y se acordaron de lo que siempre decían allá en Siria, en los buenos tiempos de la fábrica: el chocolate es un lenguaje universal. Así que decidieron ponerse a hacer chocolate, que es lo que mejor sabían hacer.
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Así que los Hadhad abrieron una pequeña tienda en Antagonish, haciendo chocolate con la misma receta que ya les hizo triunfar en Siria.
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Los vecinos de Antagonish probaron el chocolate y, claro, alucinaron de lo bueno que estaba. Los Hadhad se quedaban todos los días sin chocolate en la tienda porque los vecinos querían más y más.
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"Esto está riquísimo", les decían, "tenéis que hacer más". Pero para eso hacía falta tener una fábrica, y los Hadhad no tenían una fábrica.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Así que los vecinos de Antagonish cedieron un cobertizo abandonado y se movilizaron para, entre toda la comunidad, reconvertirlo en una fábrica de chocolate para sus nuevos vecinos. pic.twitter.com/AMIxol57Sx
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Aquí está la noticia, en la que Tareq cuenta que su plan es dar trabajo a diez personas en la fábrica, a ser posible otros refugiados sirios. https://t.co/MjsaJKKuzl
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
A todo esto, Trudeau, durante un discurso en las Naciones Unidas, puso a la familia Hadhad como ejemplo del éxito del programa de refugiados en Canadá. https://t.co/HJ37f22isJ
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Aquí tenéis la noticia de la apertura de la fábrica en español. (Gracias por el enlace, @anaruize) https://t.co/qS4MUiNI5Q
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Aprovechando el tirón mediático del discurso de Trudeau, Tareq decidió probar suerte y crear una tienda online para vender chocolate. Pensaban que quizás podrían llegar a algunos cientos de pedidos en varios días.
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Lanzaron la página y en dos horas ya tenían dos mil pedidos. La página de colapsó.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
*se colapsó. Ni un tuit sin su erreta.
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Pero a todo esto, ¿qué nombre decidieron darle a la fábrica de chocolate? Peace By Chocolate (Paz a través del chocolate). Podéis seguirles en @Peacebychoco :)
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Y algo que cautivó el corazón de los canadienses fue que, cuando decidieron hacer barritas de chocolate además de bombones, la familia Hadhad encontró un nombre precioso para el primer tipo de barritas.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Para ello se pusieron en contacto con la comunidad Mi’kmaq (comunidad aborigen de esa zona de Canadá) y, juntos, decidieron llamar a la barrita "Wantaqo’ti", que significa "Paz" en Mi'kmaq. pic.twitter.com/uvMrydYkz4
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
"Nada es más noble que enviar nuestro mensaje en el idioma original de esta tierra en la que estamos y a la que llamamos hogar", dijo la familia Hadhad para explicar el motivo de esa decisión.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Y tras eso, decidieron lanzar una línea de barritas de chocolate con la palabra "Paz" en más idiomas. pic.twitter.com/Yf7abVhdNX
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Así que las cosas van viento en popa para la familia Hadhad. Alaa y sus hijos pudieron emigrar a Canadá, con lo que la familia ha conseguido estar junta de nuevo. Y Tareq se ha convertido en el CEO de la compañía.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Aquí tenéis a toda la familia junta, por si tenéis curiosidad. https://t.co/H8mNUdj0tn
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Y aquí tenéis a Tareq dando una charla Ted sobre su historia y enviando un mensaje de esperanza a quien acaba de aterrizar en Canadá sin saber muy bien cómo será su vida. https://t.co/rfe6JqjCWZ
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Pero la historia no se acaba aquí. Porque la familia Hadhad, fieles a su idea de que el chocolate es un idioma universal, sigue buscando nuevos modos de incluir en el mundo a gente de todo tipo. Igual que ellos se sintieron incluidos en Antagonish.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Es decir, el mismo mensaje que está presente en el nombre de la compañía: "Paz a través del chocolate".
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Así que para este mes del Orgullo LGTBQ2 en Canadá (el 2 es por los Two-Spirits, una identidad de género entre las comunidades aborígenes), la familia Hadhad ha lanzado un nuevo producto.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
"Nuestras nuevas Barritas de Chocolate #Orgullo.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
La paz necesita amor en todas sus formas. Y, cualquiera sea su modo, es algo bello. Descubre más y haz tu pedido en https://t.co/QbNe85y0L4" https://t.co/hH1DYeEBEV
Aquí tenéis los cinco modelos inclusivos de la barrita #Pride: bandera gay, bandera trans, bandera bi, bandera asexual y bandera pansexual. https://t.co/15fxXbPJBR
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
A través del idioma universal del chocolate, la familia Hadhad nos está contando que, sea cual sea nuestra identidad (cultural, sexual, de género...), siempre hay un lugar para nosotros y un momento para endulzarnos la vida.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Lo cual me recuerda este estudio, según el cual los refugiados aportan al país de acogida más de lo que reciben. https://t.co/xlFkk9S2kB
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Creo que @Peacebychoco acepta pedidos internacionales, pero no estoy seguro. Por si queréis probar y disfrutar de sus chocolates inclusivos y solidarios.
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Y ese es mi #BeautyStrikesBack de hoy. Gracias a @Ana_Maria_Blog, @dagasutil y @claratimonel por el chivatazo de las barritas de #Orgullo. Espero que este hilo os ayude a endulzaros el día, igual que la familia Hadhad lleva haciendo desde hace tiempo en Antagonish. ¡Un abrazo!
— Ernesto Filardi 🥄 (@HacheFilardi) 21 de junio de 2018
Los Hadhad siempre han asegurado que sin el apoyo de sus nuevos vecinos nada de esto habría sido posible. Así que nunca está de más plantearse si nosotros seríamos capaces de brindarles ese respaldo o, por el contrario, les daríamos las espalda. De hecho, ¿quién puede asegurar que no vayamos a estar en su piel alguna vez en la vida?