El cuello del macho de nuestra especie tiene una vida muy dura, especialmente cuando se cruza con alguien sexualmente atractivo. En ese momento la parte más oscura de nuestro cerebro envía todo tipo de señales desesperadas a los ya hasta las narices músculos del pescuezo para hacer girar la cabeza. "¡Giren a babor, a babor!", grita con la urgencia de un asunto de vida o muerte, pero únicamente para mantener el campo visual un bonito culo.
Esta actitud tan de machote es lo que quería reflejar el fotógrafo Antonio Guillem en la imagen que, sin que él lo supiera, se convirtió en el ya mítico meme del novio distraído: una pareja se cruza con una muchacha de buen ver y el hombre, en vez de mantener la atención en su amada, ve como su cuello realiza movimientos en principio imposibles para la anatomía humana.
Un meme que ha tenido un éxito incontestable a la hora de reflejar las visicitudes del humano del siglo XXI:
Pero quien crea que esta imagen está condenada a no salir de la teatralidad de las imágenes de stock, se equivoca gravemente, tal y como demostró la tuitera sudafricana Trishna Pema en una visita a Venecia.
Tal y como explica a Buzzfeed, su hermana le sacó una serie de fotos después de que se parase a comprar un helado. No tardó en darse cuenta de que sin querer habían conseguido recrear el ya mitológico meme:
Pero es que en este caso la cara del chico es todavía mejor:
Si no fuera porque iba con su novia de la mano, podríamos decir que es el vivo reflejo de la felicidad. Pero claro, va con su novia de la mano. Y la cara de la novia es, posiblemente, el mejor reflejo de la situación: