Gestionar una cuenta como la del presidente del Gobierno o la de Moncloa es, entre otras cosas, un ejercicio de paciencia y de respiración profunda. Da igual lo que hagas, te vas a ver etiquetado en todo tipo de mensajes mofándose de ti o incluso insultando o amenazando. Un mensaje de este tipo ocasionalmente puede no molestar -incluso hacer una cierta gracia-, pero si es un torrente constante, el botón de bloquear puede calentarse rápido.
Si eres un famoso o un usuario normal, estás en tu pleno derecho de bloquear a quien te venga en gana. Pero si eres la jefatura del Gobierno la cosa cambia. ¿Tiene derecho el presidente de un país a bloquear en Twitter a uno de sus ciudadanos? La pregunta no se ha realizado únicamente aquí, también en Estados Unidos, donde Donald Trump tiene mayor agilidad para bloquear a sus críticos que para escribir sus tuits con frases con sentido. Incluso una juez federal americana aseguró que esto iba contra la primera enmienda.
"Una vez estás en un foro público, no puedes callar a alguien porque no te guste qué están diciendo", apuntó. Pero es que además en el caso de Twitter al bloquear a alguien tampoco puedes leer lo que escriben, de forma que también estás impidiendo que lean una declaración pública del más alto cargo del Estado.
Si algo está cuidando el Gobierno de Pedro Sánchez es la imagen, y por ello han decidido levantar el veto a todos los usuarios que tenían bloqueados tanto él como la cuenta oficial de la Moncloa.
Se entiende que a partir de ahora ambas cuentas se abstendrán de bloquear a usuarios, pero eso no quiere decir que no los puedan silenciar, un sistema que impide que te lleguen los mensajes de usuarios que no quieres ver, pero sin que estos lo sepan y sin impedir que ellos siga viendo los tuyos.
Es decir, que los trolls no podrán volver locos a los responsables de gestionar las cuentas, podrán ir de graciosos sin darse cuenta que sus jocosos mensajes no llegan a los oídos deseados.