No hay nada para sentirte viejo como que te recuerden que Toy Story tiene 23 años. Para muchos es una película icónica que fuimos a ver al cine de pequeños, haciéndonos desear tener un muñeco de Buzz Lightyear y una serpiente en tu bota. Bueno, igual no queríamos la serpiente, pero te pasabas el día imitando a Woody.
En 23 años la sociedad ha cambiado muchísimo y las mujeres han pasado a primerísimo primer plano tras pasarse años siendo rescatadas por los héroes. Disney -factoría detrás de Toy Story- fue una de las principales responsables del cliché de la damisela en peligro, algo que en los últimos años está tratando de compensar con protagonistas como Rey en Star Wars (donde casi se han pasado con un personaje excesivamente idealizado y casi sin defectos) o anunciando que Capitana Marvel será la próxima líder de Los Vengadores a partir de la próxima cinta.
Si hay un ejemplo de la nueva aproximación de Disney hacia los personajes como el trailer de la próxima entrega de Rompe Ralph:
Si hace unos meses el poeta y dramaturgo Ernesto Filardi desmontaba el mito de Love Actually, ahora le ha llegado el turno a la opera prima de Pixar, que propulsó al estudio de la lampara al estrellato. Y lo ha hecho analizando los escasísimos personajes femeninos de la cinta -hay que recordar que la vaquera Jesse y la Señora Patata no aparecerían hasta la secuela- y sus más bien pobres aportaciones.
Todo esto no quiere decir que Toy Story sea una mala película -aquel que lo afirme deberá batirse conmigo en un duelo a muerte-, pero sí deja claro lo mucho que han cambiado las cosas.