Si te empeñas en beber leche cruda por lo menos hazlo así
En la Jungla. La polémica por la comercialización en Cataluña de la leche cruda continúa. Más allá de si debería o no permitirse, ¿cómo se tiene que preparar esa leche para evitar cualquier riesgo de salud?
21 julio, 2018 19:43Parece mentira que un alimento tan básico como la leche pueda provocar polémica a estas alturas, pero ahí está la leche cruda para atestiguarlo. Defensores contra detractores, sabor natural contra riesgo sanitario, vuelta a los orígenes contra quienes defienden el tratamiento de la leche como una gran victoria sobre las enfermedades alimentarias. ¿En qué puesto te encuentras tú? Sea cual sea tu posición hay un hecho que resulta irrefutable: consumir leche cruda es mucho más peligroso que beber leche tratada con los procesos industriales comunes, como son la pasteurización y la uperización (UHT).
Cataluña ha abierto la veda en nuestro país con el polémico visto bueno a la venta de leche cruda procedente de manera directa de los ganaderos. Las razones para proceder con la autorización son la enorme cantidad de controles sanitarios que se realiza a la ganadería, también la idea de que con la venta directa de su producto los ganaderos tendrán una manera de obtener ingresos sin pasar por las grandes cadenas de distribución.
Ante la idealización del consumo de leche cruda estamos asistiendo a un movimiento que reivindica las escasas garantías de que un producto tan contaminado pueda tratarse adecuadamente en casa. La ciencia, y la erradicación de enfermedades asociadas históricamente al consumo de leche cruda, avalan las restricciones a la venta directa del producto sin tratar. Pese a la polémica en contra, y a las razones objetivas para impedir la venta, el decreto ya está aprobado en Cataluña. La farmacéutica y especialista en tecnología de la alimentación Gemma del Caño repasa en Naukas el decreto y analiza de manera pormenorizada sus consecuencias.
Gemma no solo analizó el decreto en Naukas, también escribió un excelente hilo en Twitter con la manera en la que hay que tratar la leche cruda en casa para evitar cualquier riesgo de salud. Vistas todas las recomendaciones queda claro que es mucho más cómodo y seguro, además de barato, comprar un brick de leche en el supermercado.
Si al final vas a consumir leche cruda 😒:
— Gemma del Caño (@farmagemma) 21 de julio de 2018
Verás que pone en la etiqueta “leche cruda: hervir antes de consumir” 🐄🐄
No tienen por qué poner cómo se hace.🤷🏻♀️🤷🏻♀️
NO ES HERVIR Y YA. 🥛🥛
Debes tener en cuenta más cosas. 🧐
Mil ojos 👀 con esto, porfa. Así👇🏼 https://t.co/UGLPt17PaE
Ya estoy. Primero y fundamental (porque seguro que la ganadería lo ha hecho todo bien) es garantizar el transporte. El envase debe estar higienizado, limpito, que se pueda cerrar, si pudiera ser refrigerado sería la bomba porqje debes garantizar que la temperatura no suba de 3 C
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Al llegar a casa, inmediatamente hay que hervir peo claro, la pones a fuego fuerte y aquello al poco rato empieza a subir, con lo que hay que bajar el fuego. Se retira la nata que hay encima. Repetir. Por eso hay que repetir 3 veces, porque con una no hay tiempo suficiente...
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
... para garantizar que todos los bichos se hayan muerto. Al final todo se reduce al binomio tiempo- temperatura y las propias características de la leche no dejan que esto en casa sea sencillo ni rápido.
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Como en cuanto hierve hay que bajar el fuego para que no se salga, no sabemos cuánto tiempo a estado toda la leche y a qué temperatura. Puedes pensar: pues lo tengo a fuego bajo dos horas. Pues no, el calor se carga todo lo bueno que tiene la leche.
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Una vez terminas esas 3 cocciones, es IMPRESCINDIBLE envasar rápidamente y que la temperatura baje a entre 1-4 grados lo antes posible para evitar contaminaciones. Para facilitar este proceso tan tedioso un amigo inventó un método muy seguro. Pasteurización, me parece que era 😉
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Porque por mejor que lo hagas, un fallo puede ocurrir en algún momento del proceso. Las bacterias son más listas que nosotros, por eso llevan tantos años aquí y saben aprovechar el momento para darnos en los morros.
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Si la temperatura sube en el transporte, las bacterias se duplican cada 20 min. el doble del doble y el doble del doble del doble. Un porrón de ellas, vaya. Si la temperatura no baja, cada minuto que pase a una temperatura cómoda para ellas, van a aprovecharlo.
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Es muy sencillo cometer un error, por eso en la Industria la pasteurización es un proceso clave al que no le quitamos ojo.
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
La caducidad de esta leche sigue siendo 48 horas. No digo 72 porque 72 es desde el ordeño y pueden almacenarla en sus instalaciones durante 24 horas. Así que... a las 48 hay que tirar todo. Y empezar de nuevo.
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Nunca deben tomar esta leche ni mujeres embarazadas, ni niños, inmunodeprimidos o ancianos. Y TAMPOCO DEBEN ESTAR EN EL PROCESO DE COCCIÓN
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Si hacen todo bien, habrán tardado bastante tiempo, tiempo que podrían haber disfrutado en hacer algo más diver, pero bueno, allá ustedes. La leche fresca y la UHT son excelentes alternativas a jugarse el tipo. Besis
— Gemma del Caño (@farmagemma) 20 de julio de 2018
Me faltó una cosa importante: la temperatura de sus neveras, normalmente va entre 2 y 8, no entre 1 y 4 grados!
— Gemma del Caño (@farmagemma) 21 de julio de 2018
¿Dónde dejamos la leche? En la puerta, aún menos frío, abrimos y cerramos la puerta
Bajen la temperatura, pónganla al fondo y lejos de otros alimentos. ”Sensillito”
Cada consumidor debe ser consecuente con lo que compra y también con lo que ingiere. Como hemos visto, la leche cruda no tiene por qué entrañar riesgos si se prepara siguiendo a rajatabla todo el proceso. El problema llega cuando no realiza de manera adecuada o cuando se obvia algún paso de la cadena: ponerse en riesgo solo por un supuesto mejor sabor no es la mejor de las ideas. Además, hay productos seguros que tienen un excelente sabor y calidad, como la leche fresca obtenida por pasteurización.