Que nadie se meta con James Rhodes
En La Jungla. El enésimo ataque al pianista británico afincado en España intenta cuestionar los abusos sexuales que Rhodes sufrió de niño y relató en su libro.
7 agosto, 2018 17:46Vaya por delante que soy de las personas a las que James Rhodes les cae bien. Me parece, dejando si es posible a un lado su talento musical, un tipo realmente simpático y con una capacidad envidiable de ver la belleza en esas pequeñas cosas que al final son las que hilan nuestras rutinas. Las importantes.
Pero si fuese del otro bando, de los que ya están cansados de su ingenuidad y sus mensajes naif, también me habría chirriado el hilo que una tuitera ha tecleado disparándole al pianista unos dardos que a muchos, como a mí misma, nos han parecido literalmente "repugnantes".
Porque esta vez no se trata de que Rodhes sea un pesado hablando de lo bonitas que son cada una de las esquinas de Madrid o de lo buenas que están las croquetas, esta vez el ataque ha ido directo al niño que fue cuando cumplió seis años y su profesor de gimnasia decidió violarlo reiteradamente durante cuatro años infernales.
"¿Sus pantaloncitos enseñaban demasiada carne infantil?"
James Rodhes rompió su silencio en Instrumental, un libro muy crudo en el que relató no solo esos años, sino los posteriores, los de las consecuencias. Esos del estrés postraumático, los tics, los intentos de suicidio, las autolesiones, los psiquiátricos y el abuso del alcohol y las drogas.
Pero todo esto, para la tuitera, forma parte del "lloriqueo de un señor" al que "no le hemos dado suficiente casito". Porque claro, sigue la espalda en alto, el problema es que "si toda esta colección de abusos, autolesiones y patologías mentales las hubiera relatado una mujer, no le estaríais dando ni la cuarta parte del cariño". BUM.
Una cosa: me parece super entrañable el descubrimiento de la forma de vida ibérica por parte de James Rhodes. Y me alegra mogollón que le hagan tan feliz cosas tan humildes como las torrijas
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
PERO, no sé si os habéis leído su libro, 'Instrumental'. Yo sí, y me resultó una enorme decepción. Lo leí esperando encontrar una oda a la música y me pareció el lloriqueo de un señor, que sí, que ha sufrido mucho, pero que no para de decirnos cuantísimo merece ser amado
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
Básicamente, una sucesión de lamentos de un varón blanco que grita muy fuerte "I'M BEAUTIFUL I DESERVE TO BE LOVED" pic.twitter.com/bTTrZBOj6A
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
El tío se pasa todo el libro contándome, básicamente, cómo ha tratado de puta pena a todo el que le rodeaba. Pero claro, criaturita: es que ha sufrido mucho. Y no le hemos dado suficiente #casito
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
Así que no sé, no puedo evitar pensar que el tío, además de disfrutar de manera sincera y entrañable de un modo de vida con el que no podía ni soñar en su propio país, también está disfrutando de un baño de #casito buscado con ansia
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
Es todo muy peculiar. Pero, sobre todo, me da la sensación de que si toda esta colección de abusos, autolesiones y patologías mentales las hubiera relatado una mujer, no le estaríais dando ni la cuarta parte del cariño que le estáis dando a este tío
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
Amén de que a nosotras no se nos permite ser tan destructivas. Ni con nosotras mismas ni con quienes nos rodea. Ellos son almas torturadas. Víctimas. Nosotras somos histéricas y exageradas.
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
Así que guay, muy entrañable todo. Y alegría sincera ante su más que obvia mejoría. Pero no es oro todo lo que reluce. Vosotros veréis a quién le acariciais el lomo
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
Bola extra: ¿cuánta gente ha preguntado si el pequeño Rhodes iba provocando a ese profesor de gimnasia? ¿Si sus pantaloncitos no enseñaban demasiada carnecita infantil? ¿Si el muy documentado relato de los abusos no será un invento de su madre, celosa del profe? Pues eso
— The Lost Dreamer (@thelostdreamer) 5 de agosto de 2018
Aquí no solamente está juzgando a Rhodes por contar su vida, como si este hombre tuviese que pedir permiso para hablar de ello, sino que también está minimizando la importancia de su relato, que a muchos les ha valido para reconocerse y dar un paso al frente. Acostumbrados a que las víctimas no tengan nombre ni rostro, él ha visibilizado algo tan tremendo como los abusos en la infancia.
Pero claro, es un hombre. Y lo de que lo hayan sodomizado con 6 años no debe ser tan duro como haber vivido con el yugo del patriarcado toda una vida o como que te violen cinco tipos en un portal a los 18. Como si todo no formase parte de lo mismo, no tuviera el mismo origen. Como si el dolor de uno fuese excluyente, como si cada uno de nosotros no tuviésemos derecho a compartirlo y que nos crean si es real.
Este hombre no se ha enfrentado al espejo por un puñado de libras porque, rescatando ahora su talento musical del apartado en el que lo habíamos dejado, básicamente no le hace falta. No es un personaje del corazón sin oficio ni beneficio, es un músico que gana pasta. Y, "bola extra", además es lo suficientemente sensible como para hacer suyas decenas de reivindicaciones de justicia social, entre ellas las feministas.
"No tengo palabras"
A pesar de los intentos de algunos tuiteros para que el mensaje de odio no llegase hasta Rhodes, lógicamente acabó llegando y él ha respondido:
literalmente no tengo palabras pic.twitter.com/IsPRrbWuQ5
— James Rhodes (@JRhodesPianist) 7 de agosto de 2018
Ahora mismo, la intensa vergüenza, la necesidad de vomitar, el miedo y el odio a uno mismo son exactamente los mismos sentimientos que tuve cuando era niño. esta es la razón por la que elegí compartirlo. Las palabras tienen impacto - escógelas con cuidado...
— James Rhodes (@JRhodesPianist) 7 de agosto de 2018
evidentemente si, tengo palabras. lo siento. No recuerdo haberme sentido tan angustiado por un tuit.
— James Rhodes (@JRhodesPianist) 7 de agosto de 2018
Yo tenía seis años de edad. Vete a la mierda.
— James Rhodes (@JRhodesPianist) 7 de agosto de 2018
Pero no solamente él, han sido muchos los que no han acabado de entender la necesidad de atacar a este hombre con semejante argumentación:
James, desgraciadamente te ha tocado una recibir la atención de una de las personas más tóxicas del Twitter español. No puedo dejar de notar la ironía de que te acuse de querer atención, cuando todo el hilo se basa en que a ti sí y a ella no. En serio, pasa de esta gente.
— Pedro (@Hjorvik) 7 de agosto de 2018
Estamos contigo. pic.twitter.com/aJkGW0BOSg
— Oro rosa (@myfreedom14) 7 de agosto de 2018
Jamás entro en estas cosas, pero se me ha revuelto el estómago. Denuciad esa cuenta para que el mundo sea un poco mejor, yo ya lo he hecho pero tengo muy poco impacto, hacedlo vosotros. @lavecinarubia @SenoritaPuri @TaboadaLucia @ArturoGCampos y demás gente de bien con seguidores
— charitojazzy (@charitojazzy) 7 de agosto de 2018
Es que da igual por dónde vayan los tiros. No se puede hacer daño gratuitamente a nadie, menos aún a una víctima que bastante infierno ha vivido ya. Esa mujer es mala persona.
— Almu (@Almumellaman) 7 de agosto de 2018
James, siento mucho que esto haya llegado a ti. No creo que sea nada personal y quiero creer que no lo hace con intención de hacer daño. Te ha usado a ti y tu terrible experiencia como ejemplo para desarrollar (MUY mal) un argumento (creo). Una crueldad intolerable.
— Dry MacGyver (@AndromeDry) 7 de agosto de 2018
Probablemente sea el hilo más repugnante que haya leído este año en Tuiter. Enhorabuena.
— Ártico Studio (@studioartico) 7 de agosto de 2018
Creo que no es necesario banalizar la experiencia de una persona que ha sufrido agresiones para reivindicar que a nosotras no se nos toma en serio.
— Anna (@anapalaniuk) 7 de agosto de 2018
Por dios espero que nadie se crea que estas barbaridades que sueltas son feminismo.
— Captain ♀ (@CapitanaMorada) 7 de agosto de 2018
Hay un sector de cretinos y cretinas que con el salvoconducto de autodeclararse feministas sueltan cualquier barbaridad pensando que nadie se atreverá a rebatir sus opiniones sin ser tildado de machista. Afortunadamente el feminismo de verdad está en otra dimensión.
— Alfredo (@aprioriSi) 7 de agosto de 2018
Puedes decir que no te ha gustado el libro e incluso que una mujer que hubiera actuado igual que Rhodes no habría tenido el mismo recibimiento, pero es inadmisible que banalices la violación infantil porque al "feminismo" que defiendes lo atacan con esos argumentos. Es asqueroso.
— Rocío Orueta (@rociimoii) 7 de agosto de 2018
Que taches de "lloriqueo de un señor" a una persona que habla en público de las violaciones que sufrió de niño es asqueroso. Y el cuestionamiento que sufren las mujeres violadas no es excusa.
— Laura LV.na 🐼 (@LauraLunaLu) 7 de agosto de 2018
Consecuencia de soltar veneno contra alguien que fue víctima de violación para ganar fama: hacer daño a quien ya dañaron de más.
— Ana ML (@Lilith00666) 7 de agosto de 2018
Atrévete a decir esas cosas a la cara a quienes no somos tan vulnerables, alimaña. Sí, tú, @thelostdreamer pic.twitter.com/Ylcsz08Dlh
Si vas a despreciar los abusos sexuales que sufrió un hombre blanco cuando tenía cinco años a manos de un adulto por el hecho de ser un hombre blanco, no lo hagas en nombre del feminismo. Porque a las feministas nos das vergüenza ajena.
— Blue (@bluedementia) 7 de agosto de 2018
Que alguien le pregunte si lo que quiere decir es que a una mujer que ha sufrido abusos sexuales de niña se le debería hacer el mismo caso que a un hombre o que a un hombre no se le debería hacer caso, porque son cosas muy distintas y parece que se ha liao la muchacha. pic.twitter.com/1YsDITdheq
— Jurfurjur (@gordocontrapo) 7 de agosto de 2018
Porque sí, quizás estemos demasiado involucrados con James (¿veis? ya hasta lo tuteamos), pero nunca está de más ponerle freno al odio en cualquiera de sus manifestaciones. Ya no por él, sino por el niño que dejó de ser cuando cumplió 6 años. Por todos los que han ocupado el asiento de detrás de un coche extraño. Y lo siguen ocupando.