Desde tiempos inmemoriales el ser humano ha sabido hacer una cosa muy bien: el imbécil. Durante muchos siglos los idiotas tuvieron la suerte de que cuando hacían lo suyo se enteraban pocos o nadie, a menos que hubiera algún testigo que decidiera componer un soneto o una balada sobre tus hazañas. Desde hace unas décadas, la idiotez podía acabar grabada en vídeo, aunque era difícil que llegase a las masas. Ahora son los pobres imbéciles quienes suben sus mamarrachadas a la red para que todos lo vean. Incluso la policía.
Cuando Arthur C. Clarke, autor de 2001: Una odisea en el espacio, soñaba con ese futuro de ordenadores interconectados no imaginaba que su uso sería este.
En el último episodio de ‘Tarugos con teléfonos y redes sociales’ hemos visto como un individuo, entre risas, cogía al bebé -de dos años, llamado Kacper- y lo metía en una lavadora. Evidentemente al pequeño no le hacía mucha gracia la situación y lloraba desconsoladamente.
No contentos con meterlo en la lavadora, también realizaron una foto con un cigarrillo en la boca.
Podrían pasar diez años en la cárcel
El hombre, entre risas, comenta “bebé en la lavadora, parte dos”, lo cual implica que hay una primera parte que no ha trascencido. Los hechos han tenido lugar en Polonia, concretamente en Radom, una localidad al sur de Varsovia. Al parecer, la madre dejó al bebé con un amigo, el zoquete en cuestión, mientras llevaba a su novio al trabajo.
Según la policía, las imágenes no fueron publicadas en las redes sociales por el borrico en cuestión -que responde al nombre de Adam B.- sino por una segunda persona que le reía las gracias -Mateusz S-. Ambos fueron detenidos junto al padre de la criatura. Mientras que el que subió el vídeo a las redes fue puesto en libertad sin cargos, los otros dos se enfrentan a una posible condena por abuso infantil que implicaría pasar diez años en la cárcel.