Xavier García Albiol siempre ha tenido un espíritu de Taxi Driver, no hay más que ver la campaña de 2015 con un lema que parece sacado de el mítico encuentro de Travis Bickle con el candidato a alcalde en su taxi, en el que escuchan atentamente su opinión. Demasiado atentamente, tal vez.
"Sea lo que sea, debería limpiar esta ciudad, porque esta ciudad es como un alcantarilla abierta, ¿sabe? Está llena de inmundicia y pordioseros. Y a veces, uno ya no puede más. Quienquiera que sea el próximo presidente, debería limpiarla de verdad, ¿sabe lo que quiero decir? A veces, salgo y me da dolor de cabeza respirar esta peste, ¿sabe? es algo, que nunca se va, ¿sabe? Creo que el presidente debería limpiar toda esta suciedad, tirarla por el maldito retrete", decía el mítico personaje de Robert DeNiro.
Es posible que con un estudio de mercado similar llegase esta idea:
Albiol no logró volver a ser alcalde en 2015, pero ahora, tras un batacazo estratosférico en las autonómicas, en las que ha llevado al PP al grupo mixto, ha decidido volver a asaltar el ayuntamiento de Badalona. Y su anuncio ya prometía una campaña loca:
Falta mucho, pero él ya ha empezado a hacer ruido. Y lo hace sin frenos. Ayer publicó un vídeo en el que se le veía enfrentándose a unos ocupas. Pero literalmente.
Eso sí, la voluntad de hierro de Albiol se va desinflando a medida que avanza el vídeo, si al principio parece que les vaya a echar, al final acaba conformándose con pedirles que no hagan ruido. Todo en una escena en la que parece Chicote echándole la bronca a un cocinero despistado.
Todo para acabar con una versión de la banda sonora de Piratas del Caribe comprada en Hacendado para no pagar los derechos. Porque no hay nada que guste más que una campaña electoral de siete meses.