Las alubias están buenísimas, pero lo malo de comerlas es que luego, por la tarde, das un concierto de solo de trombón con los bajos bien fuertes, que resuene y que el vecino crea que son los jinetes del Apocalipsis que vienen a tomar una cervecilla. No están bien vistos socialmente –y lo celebramos, porque si todos nos tirásemos pedos tal y como vienen esto iba a oler a brócoli-, pero en el fondo a todos nos satisface tirarnos uno bien tirado.
Normalmente las flatulencias suelen ser gratis, más allá de lo que nos haya costado los alimentos que las produzcan, pero de vez en cuando, las circunstancias se alinean para que el asunto salga por un ojo de la cara. ¿Cómo puede ser que un pueda un pedo costar dinero? Normalmente debido a que el lanzador lo hace en unas circunstancias que le llevan a ser denunciado y obligado a pagar una compensación.
Denuncia a un supermercado por discriminación por un pedo en la cara
Atif Masood, de 42 años, ha denunciado por discriminación racial a la cadena de supermercados Tesco en la que trabajaba desde 2006 después de que un compañero se tirase un pedo en su cara. Los hechos ocurrieron en un local del sur de Londres, según él se lo hicieron por ser musulmán –con insultos como “todos los musulmanes sois terroristas- y la cadena no investigó los hechos adecuadamente, a pesar de que revisaron las grabaciones de seguridad y encontraron evidencias de lo que decía era real. El juicio se celebrará el año que viene y puede llegar a costarle a la cadena hasta 22.000€.
El banco que perdió 90.000€ por una ventosidad
Göran Andervass, un técnico informático de 44 años que trabajaba para un banco sueco, vio como un compañero suyo entraba en su oficina, y lanzaba un “sonoro y oloroso” gas antes de marcharse riendo. A él no le sentó nada bien, lo que le hizo abandonar la oficina gritándole. Cuando su jefe lo vio, les pidió explicaciones y el compañero “ni confirmó ni desmintió” haberse relajado en su oficina. Esto llevó a un conflicto más agrio en el que Göran faltó repetidamente al trabajo, razón por la cual fue despedido el 20 de diciembre de 2001. Göran denunció al banco y el juez le dio la razón en 2003, cuando cobró una indemnización de 90.000€, lo que hace muy posiblemente el pedo más caro de la historia.
Multado por sus compañeros por gasear el vestuario
Ronnie B'Vsean "Von" Miller es un destacado jugador de la NFL, siendo una de las estrellas de los Broncos de Denver que fue sancionado por uno de los motivos más delirantes de la historia del deporte: tirarse pedos en el vestuario. Y la multa, por cierto, se la pusieron sus compañeros, así que imaginad como debía oler lo que salía del interior de esta bestia de 113 kilos. En concreto, pagó 500 dólares por tufo, llegando a un total de 15.000 dólares. Eso sí, teniendo en cuenta que su contrato ascendía a 114 millones, la cosa no era para tanto.
El pedo que pudo costar 1 millón de dólares
Greg Short tuvo que respirar muy aliviado el pasado mes de abril cuando el juez desestimó la demanda de su antiguo empleado David Hingst, quien le reclamaba un total de 1.396.710 dólares australianos (unos 868.000€). Hingst aseguraba que había sufrido bullying por pedo entre 2008 y 2009. Aseguraba que su jefe “levantaba su trasero y se pedía” hacia él. Incluso un día se plantó en la oficina con un bote de desodorante llamándole Mr. Stinky (Señor Oloroso).
El pedo que pagó facturas
Este pedo no costó dinero, todo lo contrario, lo ganó. En octubre de 2017 Elaine Ambrose publicó una historia sobre un pedo que se tiró durante una resonancia electromagnética. El tuvo hizo de altavoz y lo que podía haber sido un discreto silbido se convirtió en un rugido de tiranosaurio. Publicada en el Huffinton Post, aquel texto no fue remunerado, sin embargo se viralizó superando el medio millón de visitas y siendo traducido a varios idiomas. Elaine había incluido un enlace en su perfil a su dos libros en Amazon, uno de los cuales pronto se colocó como el más vendido de la categoría de humor y tercero en el ranking global. Si ganar dinero fuese siempre así de fácil…