El programa Aquí hay Madroño, un espacio de Telemadrid inspirado en aquel Aquí hay tomate que emitía Telecinco -de hecho, cuenta con la misma presentadora, Carmen Alcayde-, ha recogido el testimonio de la actriz Mónica Pont, que se suma al movimiento #MeToo denunciando varios casos de acoso sexual por parte de algunos directores y productores de nuestro país a ella y a otras profesionales.
Pont ha narrado diversas experiencias vividas a lo largo de su carrera en las que se ha encontrado con exigencias fuera de guión que tendría que cumplir si quería seguir creciendo como profesional. Aunque en algunos casos la actriz tomó la decisión de no entrar en la espiral, en otra ocasión no tuvo más remedio: "me dijo en pleno rodaje de una serie, 'si quieres que tu personaje no muera, tienes que estar conmigo... Y yo tuve que aceptar".
En su relato, Pont optó por desvelar las iniciales de sus acosadores: V.L., A.R., J.A. y J.F.; pero, de momento, decidió no revelar sus nombres completos. Es en este punto cuando el programa lanza un órdago más propio de los cebos publicitarios que de una denuncia tan grave como la que estaba realizando la actriz.
"Tenemos en nuestro poder la grabación completa de esta entrevista a Mónica Pont. Por supuesto, este programa es conocedor de los nombres, que son nombres concretos de productores y directores de cine que habrían acosado sexualmente a varias actrices", anunció el compañero de Alcayde, David Valldeperas.
"Tiene que haber un movimiento similar al #MeToo"
En el fragmento del programa, que puede verse en este enlace, Carmen Alcayde continúa diciendo que "el Madroño se compromete a dar estos nombres en el momento en que más actrices se sumen a esta denuncia, porque Mónica Pont tiene que estar respaldada. Tiene que ser un movimiento, si no igual, similar al de Estados Unidos, al #MeToo, porque ya sabemos que ella sola no tiene fuerza".
Es decir, que no solo están queriendo erigirse en 'canal oficial' del #MeToo versión española, sino que también están desempoderando a la víctima, arguyendo que ella sola no tendría "fuerza" para llevar a cabo una denuncia pública de sus experiencias. Algo que, por otra parte, ya lo está haciendo en el momento que se pone delante de una cámara a hablar de ello.
Este tratamiento mercantilista y del todo imprudente que se está haciendo del acoso sexual en el programa contribuye a banalizar las situaciones que, lamentablemente, han sufrido y siguen sufriendo muchísimas mujeres en todo el mundo. Algo que no ha pasado desapercibido para la audiencia:
Lo deseable en este caso es que desde el programa reflexionen sobre el enfoque que le han dado a esta información, especialmente delicada, y actúen en consecuencia y no en nombre del sensacionalismo y el audímetro.