La noche de Difuntos está a la vuelta de la esquina y en la Universidad de Transylvania, situada en Lexington (Kentucky) se toman muy en serio eso de celebrar Halloween. Tanto, que siete días antes de la fecha señalada convocan la Semana de Raf, una celebración para recordar la figura de Constantine Samuel Rafinesque, profesor de botánica en esa misma facultad que ejerció a comienzos del siglo XIX y ha dejado una huella más que profunda en la institución, pero no por sus méritos.
La cita supone una competición entre los universitarios con un premio que no todos querrían ganar: pasar la noche en la tumba de Rafinesque para contribuir a esquivar la maldición que el profesor habría lanzado sobre la Universidad cuando lo despidieron en 1826. "Nuestra esperanza es apaciguarlo y honrarlo", explicó la estudiante Aaron Martin a WKYT.
Los estudiantes participan en un sorteo con más o menos papeletas en función del número de actividades a las que asistan en el campus. Solamente dos ganan el premio y, a su vez, eligen cada uno a un amigo. Así, los cuatro pasarán la noche de Halloween junto a los restos del profesor. "Es genial poder hacerlo y es una de las partes divertidas de la experiencia Transy", confesó en el mismo medio Eileen Bunch, que ganó el año pasado.
"No fue muy agradable en el momento porque hacía mucho frío y una tumba no es el mejor sitio para pasar la noche, pero es genial poder decir que lo hice", añadió:
Incontables desgracias a cuenta de Raf
En el mismo reportaje enumeran varios incidentes que se le han adjudicado al pobre profesor Raf, atribuyéndole una serie de desgracias que empezaron a hacer su efecto en cuanto abandonó la Universidad. De hecho, poco después de que se fuera, el máximo responsable de la institución por aquel entonces, Horace Holley, enfermó de fiebre amarilla.
"Hubo brotes de diferentes enfermedades en el campus, pero no en el resto de Lexington. Tuvo que ser espeluznante, extraño, que no se puede explicar de otra manera", asegura Martin. Dos días después de la partida de Rafinesque un gran incendio asoló las facultades y tuvo que reconstruirse parte del recinto.
Al parecer, la maldición tenía efectos cada siete años. Con la esperanza de que Raf perdonase a la Universidad desde el mundo de los muertos, en 1924 se decidió que sus restos se trasladaran al recinto universitario, en Old Morrison. El profesor había fallecido de cáncer en Filadelfia en el año 1840.
Sin embargo, la estrategia no les ha funcionado del todo bien. En 1969 se desató otro incendio. En esta ocasión las llamas lo devoraron casi todo, excepto una cosa: la placa de cemento en la cripta de Rafinesque, donde se puede leer, "honremos a quien los honores tardaron en llegarle".