Si hay unas fechas del año que están tremendamente ligadas a la familia, esa es la Navidad. Es cierto que a mucha gente eso le parece un tostón, tener que soportar al primo sabelotodo y al tío cascarrabias tras pasarte todo el año haciendo todo lo posible para evitarlos. Sin embargo, hay a quien le gusta. Y para esas personas, tener que estar separados de sus seres queridos en estas fechas puede ser algo muy duro.
Y aunque buena parte de la humanidad tiene fiesta en occidente, siempre hay un puñado de gente que se tiene que quedar atrás para que el mundo funcione, aunque sea en servicios mínimos. Entre esos sacrificados estaba Pierce Vaughan, una azafata de Delta Airlines a la que le tocaba pringar tanto en Nochebuena como en Navidad, cubriendo seis vuelos.
Pero Hal, su padre, no iba a permitir que pasase las fiestas sola. ¿Trabajando? De acuerdo. ¿Lejos de la familia? Ni hablar. Por eso reservó un asiento en cada vuelo que le tocaba su hija.
La historia se viralizó cuando uno de los pasajeros que viajaba junto a Hal descubrió la historia y la publicó en su cuenta de Facebook. "He tenido el placer de viajar junto a Hal. Su hija Pierce era nuestra azafata y tenía que trabajar en Navidad. Hal decidió pasar las fiestas con ella y viajará en cada vuelo que coja ella entre hoy y mañana por todo el país para pasar con ella las Navidades. ¡Qué padre más increíble!".
La publicación ha sido ya compartida 31 mil veces. La propia Pierce la compartió, dirigiéndose a su madre "Mira, mamá, lo hemos conseguido. El primer viaje de papá usando sus beneficios [de la compañía] ha sido un exitazo. Mil gracias a todas las tripulaciones de tierra y la de todos los aviones. Ha podido ir en todos los vuelos, incluso en primera clase (un milagro de Navidad).
El padre pudo viajar a un precio reducido gracias a los beneficios que los familiares de los familiares. Delta, consultada por Mashable, ha confirmado la historia en un comunicado en el que aprovecha para vender lo mucho que aprecia a los empleados que trabajan en Navidad y todo eso.
Una cosa nos queda clara: Hal no es el padre que se pierde un partido de béisbol de sus retoños por una reunión de trabajo.