Perder a un ser querido siempre ha sido difícil, y cada vez lo es más. Mientras hace unas décadas la gente estaba acostumbrada a convivir con la muerte, con los avances de la medicina la hemos ido arrinconando hasta convertirla en un tabú. Ahora, con las nuevas tecnologías superar el duelo puede hacerse un poco más complicado.
El periodista David Martínez puede dar fe de ello a raíz de la experiencia de un amigo suyo, Pablo Francescutti, quien perdió a su hermana de forma repentina.
Estos fantasmas inspiraron un emotivo hilo. "Siempre es difícil superar una pérdida pero sí es cierto que ahora parece más complicado enterrar a los difuntos, que habitan en forma de fantasmas digitales en smartphones, discos duros, PCs, etc. El olvido se complica cuando guardas en tu bolsillo los mensajes de WhatsApp de la persona de los dejó", explica a EL ESPAÑOL.
"Antes guardábamos en la cartera la fotografía de la persona fallecida o lo enmarcábamos para ubicar en el salón de nuestra casa. Es un problema más cuantitativo que cualitativo. Si no gestionamos bien su huella digital (solicitando cierres de cuentas, descargando sus fotografías o botando sus contactos) es muy difícil escapar de su presencia virtual", asegura.
Eliminar el contacto de la agenda se ha convertido en un nuevo funeral. "Quizás sea un segundo entierro, que alarga aún más el duelo y haciendo más difícil que nos acostumbremos a la pérdida", dice David. "Parece que, como siempre, solo hay una vía: dejar que el tiempo cure la herida. Pero para ello hay que despedirse, también en el mundo digital".
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