Hay cosas que solo pueden pasar en Rusia, convirtiendo el esperpento de Valle-Inclán en una escena costumbrista. En el resto del mundo sería bastante extraño ver a un señor con un cuchillo clavado fumando en la puerta de un hospital. Pero tal locura puede darse en el país más grande del mundo.
Esto ocurrió el pasado día 25 en el hospital de Zelenodolsk, una localidad de Tartaristán. Un hombre de 34 años llegó tremendamente borracho y afectado por un cuchillo clavado en la espalda. Suponemos que la situación le dio ganas de fumar, por lo que a pesar de las recomendaciones del personal salió hasta la puerta del centro en calzoncillos, todavía con el cuchillo clavado y con la espalda manchada de sangre.
La situación se hacía más absurda si tenemos en cuenta que la temperatura en el exterior de la invernal Rusia era de -10€. Además se enfrentaba a un pequeño problema logístico: no llevaba ningún cigarrillo. En un intento de engañarle, un médico le dice que vaya con él, que le pondrá una inyección y podrá irse a casa. Únicamente rectificó cuando le avisaron de que podía morir si lo hacía. Suponemos que es una posibilidad que hace plantearse las cosas a cualquiera:
Las autoridades sanitarias de Tartaristán, tras la viralización del vídeo, explicaron que el joven -llamado Vladimir- fue operado con éxito y está bien. A pesar de lo aparatoso de las imágenes, el cuchillo solo penetró el tejido muscular dos centímetros, sin llegar a topar con el hueso. El protagonista se encuentra todavía ingresado, pero en estado estable.
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