No sabemos gran cosa sobre ella porque guarda su anonimato como si fueran los tacones más caros que tiene en el armario. Tenemos claro que es rubia, que tiene pelazo y que es de Madrid. También que babea por Jon Kortajarena y que hay cerebro debajo de su pelazo. La Vecina Rubia es una de las influencers más populares de nuestro país que, lejos de conformarse con hablar de banalidades en las redes por un puñado de likes, se dedica a emprender cruzadas por multitud de causas que conforman el "brilli brilli" de la vida.
Tuitera desde 2012, empezó a acumular seguidores dos años después. Ahora tiene más de 560.000 en Twitter, más de 1.350.000 en Facebook y más de 1,8 millones en Instagram. Nos llamó la atención en sus inicios convenciéndonos de que "madrugar es de guapas" y confesando que se estaba "haciendo ilusiones y me están quedando preciosas", un discurso con el que muchas jóvenes se identificaron, viéndola como si fuera una más de sus amigas que se ponía "piripi" y escribía cosas que no debía al chico que le gusta.
Ahora, sin renunciar a esa esencia naíf que le caracteriza, se empeña en hacernos escribir correctamente, en que aprendamos inglés y en que donemos nuestra coleta en peluquerías colaboradoras de Mechones Solidarios porque "donar pelazo es de guapas". ¿Puede haber algún argumento mejor? Para La Vecina Rubia, que hace lo que le sale "del unicornio", no:
Escribir bien es de guapas
En septiembre de 2017 La Vecina Rubia se alió con Wiko para lanzar una aplicación para móviles llamada Escribir bien es de guapas. Se trata de una plataforma que pretende, a través del humor y el juego, dar recomendaciones y solucionar consultas relacionadas con el uso correcto de la gramática y la ortografía. Así, a través de secciones como Rubiconsultas, Game of Rubias o Rubitips, soluciona dudas existenciales a aquellas personas que se molestan en escribir correctamente.
En paralelo, nuestra Rubia lanzó El Conejito Ortográfico, un perfil en las redes sociales que actúa como si fuera nuestro Pepito Grillo de las letras para advertirnos de los errores que cometemos con más facilidad cuando nos expresamos:
En noviembre de 2017, La Vecina Rubia publicó también Inglés para rubias (que no tienen un pelo de tontas), un libro que enseña el idioma a través de las frases más míticas de la influencer y el humor que caracteriza todas las anécdotas que cuenta en sus redes sociales. Además, ha ido editando todo tipo de merchandising a través de la marca Tan Tan Fan y está detrás un club de lectura a través de Instagram: Leer es de guapas.
Mechones Solidarios
Otra de las batallas que libra La Vecina Rubia es la búsqueda de donantes de pelo para confeccionar pelucas que potencien la autoestima y la fuerza de las personas que estén pasando por un tratamiento de quimioterapia. Ella misma contaba así cómo surgió la idea de difundir la iniciativa de Mechones Solidarios:
Su campaña de visibilización ha llegado tan lejos que es habitual encontrarse con publicaciones como estas, dejando claro que "donar pelazo" no cuesta nada y con ese gesto se consigue mucho:
No contenta con ser referente de la corrección ortográfica y de la donación de pelo, es habitual leer a La Vecina Rubia visibilizando enfermedades, defendiendo el medio ambiente o haciéndose eco de los días más reivindicativos:
El chico que le gusta: Jon Kortajarena
Tras meses confesándole abiertamente su amor, el modelo bilbaino empezó a seguirle el juego en las redes sociales protagonizando ambos uno de los romances virtuales más populares del país. En junio de 2017 las palabras se convirtieron en acciones y, después de una primera cita en París de la que no hay imágenes, colgaron una foto de los dos juntos en el estreno de la película Pieles. Ella, de espaldas, era la primera vez que se dejaba fotografiar:
Después, eso sí, llegaron varias citas más:
E, incluso, un directo compartido en Instagram:
El arcoíris de los padres
Aunque insiste en que no le gusta compartir sus sentimientos y su vida privada en las redes, en ocasiones, la influencer reconoce que le gusta ser rubia "pero a veces es difícil". Lo hace antes de llamar "al chico que me gusta" para que le ayude a evadirse. Suele escribir estas dos frases cuando aborda un tema especialmente delicado para ella como es, en este caso, la muerte de su padre.
Estos mensajes en los que abre su corazón acumulan miles de likes y comentarios, sus seguidores abrazan que la Rubia pueda compartir con ellos su estado de ánimo durante esos días en los que el arcoíris no acaba de salir. Sin ir más lejos, el pasado 4 de marzo contó cómo su padre, después de ser diagnosticado de cáncer, fue a verla sonriente y con dos entradas para la ópera en el Teatro Real:
Acusaciones de plagio y suplantación de personalidad
Acumulando éxito con sus iniciativas y sus productos, dejando patente la influencia que ejerce entre sus seguidores cuando sube fotos de un bolso o unos zapatos que se agotan en cuestión de minutos, La Vecina Rubia también tiene que lidiar con la cara menos amable de la fama. En septiembre de 2017 varios tuiteros denunciaron que la influencer se habría valido de sus chascarrillos en la red social para adjudicárselos:
Más tarde, en junio del pasado año, cuando la actriz Millie Bobby Brown -Once en Stranger Things-, dejaba Twitter por haber sido acusada de homófoba a raíz de varios tuits falsos y bulos que se propagaron, La Vecina Rubia sufría este mismo fenómeno en nuestro país:
Lo cierto es que, se consideren amantes o detractores de La Vecina Rubia, pocos podrán decir que no han pronunciado alguna de sus frases. Y es que sus expresiones ya forman parte del imaginario colectivo y por eso podemos echarle la culpa de nuestras altas expectativas en cuanto a influencers:
Eso sí, Rubia, si hay próxima vez, ojalá puedas responder unas preguntas a EL ESPAÑOL, que ya sabes que es de guapas.
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