Una de las reglas no escritas en el universo artístico es evitar temas que puedan polarizar a su audiencia, como la política o la religión. Para la actriz Blanca Suárez (Madrid, 1988) este aspecto de su vida laboral suele ser conflictivo. En numerosas entrevistas que ha realizado en los úlitmos años, a la intérprete suelen preguntarle si se considera feminista. Después de todo, es una artista referente para la anterior generación de adolescentes (El internado, El barco) y ha trabajado con importantes directores españoles como Álex de la Iglesia o Pedro Almodóvar). Acumula además filmografía que promueve el feminismo más liviano, como Las Chicas del Cable o su nueva película A pesar de todo. Ambas producciones cuentan con cuatro mujeres al mando de los roles protagonistas.
La actriz ha causado polémica durante la promoción de esta última película. Fue este fin de semana durante una entrevista que realizaba junto a dos de sus compañeras de reparto, Amaia Salamanca y Macarena García. En un vídeo publicado por la Cadena SER, a Suárez le preguntan si cree que A pesar de todo es una película feminista. La actriz comienza a explicar que ella cree "que es una historia de mujeres" y no "femenina". Ante la evidente confusión de términos, Salamanca sale al paso e intenta ayudarla sin demasiado éxito.
Suárez, quién se ha mostrado cautelosa con respecto al feminismo en el pasado, trata de salir del embrollo con frases como "es una película sobre seres humanos (...) una historia de personas y sus sentimientos". Todo transcurre ante la mirada de García, cuyas expresiones han sido muy comentadas en redes. La ganadora del Goya por Blancanieves ha apoyado abiertamente la pasada huelga feminista.
En realidad Suárez tiene razón. A pesar de todo no es feminista ni pretende serlo. Desde la productora Bambú han llegado a definirla como "amable, muy de domingo por la tarde". Eso sí, dirigida por una mujer, Gabriela Tagliavini.
Sin embargo, la ambiguedad a la hora de definirla como "una historia de seres humanos" es problemática. En primer lugar, porque el 95% de los largometrajes hablan de nuestra especie. Pero además por el miedo evidente de Suárez y Salamanca a asociar A pesar de todo bajo la etiqueta feminista, aunque la película no lo sea. Como apuntaba el periodista Juan Sanguino en Twitter, esta estrategia no va a atraer a aquellos espectadores poco predispuestos de por sí a ver comedias románticas protagonizadas por mujeres.
Hace dos años, Suárez declaraba en la revista Woman tener "un poco de conflicto con ese término, porque creo que la definición de feminismo es igualdad". Una evidente confusión ya que la definición de feminismo pasa por la igualdad política, económica y social entre sexos. Personajes públicos como Paula Echevarría o Cristina Pedroche, con gran influencia en redes sociales, también han expresado públicamente esta misma contradicción. El oxímoron "ni machismo ni feminismo, igualdad" aún sigue presente en el debate público de 2019.
En una entrevista de Europa Press de 2017, Blanca Suárez respondía que estaba "absolutamente de acuerdo con que el feminismo era una moda" ante la pregunta de si ella efectivamente lo era. Después de que varios medios recogieran estas declaraciones, Suárez no tardó en reaccionar en su cuenta de Twitter:
Fuera de nuestro país, otras producciones han tenido problemas para definirse abiertamente como feministas. El ejemplo paradigmático es El cuento de la criada. Su actriz principal Elisabeth Moss declaró en el festival de Tribeca de 2017 que para ella "no es una historia feminista. Es una historia humana porque los derechos de las mujeres son derechos humanos. Nunca he interpretado a Offred como una feminista". Un año después, Moss corrigió sus palabras: "Interpreto a una jodida esclava sexual (...) a una mujer cuyos derechos, junto con los de su familia y amigos, han desaparecido. Así que sí, es una historia feminista".