Todo comenzó hace 12 años durante una lectura pública en Carnegie Hall, una sala de conciertos situada en el corazón de Manhattan, Nueva York. Joanne Rowling, escritora multimillonaria que publica bajo los pseudónimos de J.K.Rowling y Robert Galbraith, realizaba un tour promocional en Estados Unidos tras la publicación de Las Reliquias de la Muerte, el último libro de la saga fantástica de Harry Potter.
Rowling leyó brevemente un pasaje de la novela y posteriormente se dispuso a contestar a las preguntas de su entregada audiencia. Una adolescente de 19 años de Colorado optó por profundizar en la psique de sus personajes: "Dumbledore creía en el poder omnisciente del amor. ¿Llegó a enamorarse alguna vez?"
La asistente aludía a uno de los personajes más importantes de la heptalogía que convirtió a Rowling en la primera persona en hacerse multimillonaria gracias a la literatura. El director del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería es una de las dos figuras paternas de referencia para el huérfano Potter, y lo guía en su búsqueda personal en el mundo de los magos.
Nadie sabe si lo que vino a continuación fue un ejercicio de improvisación o un acto premeditado. "Para ser honesta", respondió Rowling, "siempre pensé que Dumbledore era gay". Entre aplausos, la autora extendió así su propio canon -elemento base e inmutable de un producto cultural- y relató que siempre había imaginado una relación entre el director y Gellert Grindelwald. Se trata de un antagonista ya fallecido en los libros de Potter pero de capital importancia en los últimos volúmenes.
Con la saga y sus correspondientes películas ya finalizadas, Rowling decidió ampliar su universo literario durante la última década. Diseñó Pottermore, una web donde sube textos propios en los que amplía su visión de personajes, lugares y objetos de los libros. Los usuarios podían navegar a través de los libros y películas virtuales, crear pociones, escoger su propia casa de Hogwarts a través de un cuestionario o elaborar su hechizo Patronus personal.
La escritora también optó por producir Animales fantásticos y dónde encontrarlos, una nueva serie de películas basadas en un libro menor de Potter. En éste, el zoólogo Newt Scamander describe e ilustra a una serie de criaturas mágicas halladas durante sus viajes. Sin embargo, las películas han optado por ampliar el mundo mágico entre 1920 y 1945, que incluye a personajes conocidos que vivían entonces como los propios Grindelwald y Dumbledore.
Los fans mostraron su disconformidad en redes cuando la autora insinuó en el Blu-Ray de Animales fantásticos II que ambos personajes mantenían relaciones sexuales. Rowling optó por emplear la expresión "era una relación muy intensa" en lugar de explicitarlo. Aunque se trata de una información conocida desde la ponencia en Carnegie Hall, esta relación jamás se refleja ni en la gran pantalla o los libros donde Dumbledore menciona a su antiguo amante, a quien acabó matando en 1945. El extracto de la declaración puede encontrarse en el 6:48 del siguiente vídeo:
Las redes han denunciado este fenómeno conocido como queerbaiting: insinuar de forma velada que tus personajes son homosexuales y sienten atracción entre ellos pero sin confirmarlo en ningún momento. Esto ocurre especialmente en sociedades más cerradas como la japonesa. En sus series y películas de animación -animes-, es costumbre insinuar atracción sexual entre personajes del mismo sexo sin que generalmente llegue a pasar nada más.
Tras las declaraciones de Rowling, algunos tuiteros se lanzaron a crear lo que ha sido el meme del mes en Twitter:
No es la primera vez que Rowling hace algo parecido. Anthony Goldstein, un personaje prácticamente sin diálogos en las novelas, se usó como chivo expiatorio para aclarar que había estudiantes judíos en Hogwarts. La autora también fue muy criticada por la elección del actor que interpreta a Gellert Grindelwald en las nuevas películas de Animales Fantástico. Poco antes del rodaje, Johnny Depp fue a juicio por acusaciones de maltrato de su exmujer, la actriz Amber Heard. Recientemente, Depp ha realizado una contrademanda contra ella por 50 millones de dólares (44 millones de euros) acusándola de orquestrar "un fraude" para "ascender en su carrera".