Durante la Guerra Fría, conocer detalles sobre el armamento que había al otro lado de la trinchera era una prioridad tanto para EEUU como para la URSS. Además del arsenal nuclear, la superioridad aérea iba a ser vital si el conflicto se calentaba. Por eso disponer de detalles técnicos de los aviones enemigos podía ser fundamental para lograr la victoria.
Conseguir los detalles de los MIG-19 y los MIG-21 fue uno de los grandes éxitos de la CIA, y la responsable de ello fue Elizabeth Sudmeier, una agente que sirvió hasta 1972 y que ahora la agencia quiere recordar.
Y lo ha hecho con un breve pero intenso hilo de Twitter, en el que ha querido recordar la figura de esta mujer cuyos logros no fueron reconocidos en forma de ascenso, en parte por su condición de mujer.
Nacida en 1912 en Dakota del Sur, Liz, como le llamaban quienes la conocían, hablaba con fluidez la lengua sioux. Tras graduarse en literatura inglesa y trabajar primero como profesora y luego en un banco, el comienzo de la II Guerra Mundial hizo que su vida cambiase, como tantas otras.
Se alistó en el ejército en el cuerpo auxiliar donde alcanzó el rango de cabo y recibió una medalla por participar en la campaña del Pacífico, participando desde bases de Canadá y Alaska. Allí se unió al antecesor de la CIA, el Grupo de Inteligencia Central trabajando como taquígrafa.
En 1947, cuando se creó la CIA, ella fue de sus primeros miembros. Era una de las pocas mujeres de la agencia, trabajando como operadora de informes, gestionando la producción de inteligencia de operativos en el extranjero. Su estreno fue en una operación de contrainteligencia del que se saben pocos detalles.
Luego participó en una campaña en medio oriente que duró nueve años, como agente clandestina. Allí logró reclutar a un agente que le facilitó detalles sobre los aviones soviéticos.
"Ella era la pistola de verdad... el hecho de que lograse tantas cosas dado el antagonismo general hacia las mujeres realizando operaciones... esa era la opinión general de los operativos masculinos. Liz realmente abrió camino a las mujeres como oficial de operaciones", dijo sobre ella un colega.
Pero, a pesar de sus éxitos, no recibió ninguna promoción debido a su puesto oficial como "operadora de informes" y por su condición de mujer. "La idea de una operativa femenina era muy controvertida en ese momento", dice la CIA desde su cuenta oficial.
Tras su operación en oriente medio, Elisabeth se vio obligada a retirarse en 1972, y murió el 7 de abril de 1989 con 76 años sin que sus méritos se vieran reconocidos. Sin embargo, con el paso del tiempo su figura se ha reivindicado, siendo nominada en 2013 a los premios Trailblazers de la agencia. El premio lo recogieran sus sobrinas.
Con el 30 aniversario de su muerte, la agencia ha querido recordarla públicamente reivindicando sus éxitos en un momento tan complicado como la Guerra Fría.
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