Es posible que muchos no se acuerden ya de Raúl Bravo, el lateral izquierdo de la cantera del Real Madrid que se convirtió en una de las figuras de la política de Zidanes y Pavones de principios de siglo. Debutó precisamente junto a Francisco Pavón en un encuentro contra el Celta de Vigo.
Tras ganar una Liga y una Champions en sus cinco años como blanco -llegando incluso a ser convocado para la Eurocopa de 2004 en la que España hizo el ridículo palmando en primera ronda- dejó el fútbol para jugar en varios equipos griegos -desde el Olympiacos hasta el Aris Salónica-, en Bélgica y en varios clubs españoles como el Córdoba, el Numancia o el Rayo Vallecano antes de retirarse en 2017.
Hoy ha sido detenido por la Guardia Civil como presunto cabecilla de una trama de amaño de partidos, lo que le ha propulsado hasta lo más alto de los trending topics nacionales. Suele ocurrir en estos casos que los community managers de todas marcas se estrujen los sesos para aprovechar estas tendencias y tener algo de visibilidad.
Así, en Borges tenían el día inspirado y han lanzado el siguiente chiste semántico que sería merecedor de un Nobel:
Sin embargo, ese no era el tuit original. Unos minutos antes habían publicado una versión un tanto más directa del mensaje, con una alusión directa al (presunto) protagonista de la trama y aprovechando que su nombre era el primer tema destacado en Twitter.
Con todo, la respuesta no ha sido muy positiva, por lo que han optado por eliminar el mensaje y volver a publicarlo sin la alusión directa. "Malo no, lo siguiente", admitían.
Pero lo que has subido alguna vez a Internet nunca se puede borrar del todo. Y apenas seis minutos después de publicar la versión del chiste, en las respuestas ya colgaba una captura del tuit original.
[Más información: La respuesta de Pérez-Reverte a una tuitera que le pidió ayuda en una discusión de pareja]