Da igual que tengas 32 seguidores o más de un millón: Twitter se ha convertido en el lugar favorito para desfogarse cuando estás frustrado por un imprevisto, por la incompetencia ajena o por la suma de ambas.
Cuando tenemos un problema con alguna empresa, lo primero que hacemos es despotricar públicamente en la red a ver si alguien, al otro lado, hace algo. Eso es exactamente lo que ha hecho Julia Otero tras pasar 15 horas encerrada en un tren de Renfe que la transportaba de Galicia a Barcelona.
Eran casi las 10 de la mañana cuando Renfe informaba que el tren-hotel estaba detenido por una incidencia técnica en L'Arboç, Tarragona, a una distancia de 46 kilómetros de la estación de Barcelona-Sants. O, por decirlo de otro modo, a apenas 52 minutos en coche.
Una avería tan cerca del destino es especialmente irritante. El enfado de la periodista era evidente cuando respondió al mensaje de la siguiente forma:
En una respuesta a la también periodista Elisa Beni, Otero siguió dando rienda suelta a su enfado:
A las 11.30 de la mañana -casi tres horas de retraso- lanzó un segundo tuit, visto que seguían sin novedades. La informadora ya sospechaba de una mano negra que trata de "disuadirnos de coger el tren":
Y es que 15 horas dan para mucho:
Minutos después del de Otero, Renfe anunciaba finalmente que se había producido el cambio de locomotora y el tren volvía a ponerse en marcha:
Los problemas de las líneas de tren que no son de alta velocidad son cada vez más acuciantes. Un reciente experimento demostró que el atleta Usain Bolt, que ha alcanzado los 44 km/h, corre más del doble que el tren Huelva-Zafra en algunos tramos.
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, habló personalmente al ministro de Interior en funciones, José Luis Ábalos, para que pusiera en marcha el tren que le llevaba a Madrid para la sesión de inauguración de las Cortes y que ya acumulaba una hora de retraso.
Quizás denuncias de alto perfil, como la de Otero, sirvan para presionar a las instituciones de las necesidades de acometer reformas. En Teruel, mientras tanto, los tractores siguen adelantando a los trenes.
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