La pasada semana los diputados del Congreso hacían públicas sus declaraciones de bienes, un ejercicio de transparencia que marca la ley y que ha dejado no pocas sorpresas. La más inesperada ha sido la situación económica de Juan José Cortés, el padre de la niña Mari Luz y ahora diputado por Huelva por el Partido Popular.
En concreto, Cortés ha declarado que cobra una pensión de 25.780 euros por incapacidad permanente absoluta "debido a secuelas físicas y psicológicas de gravedad que, como cualquier ciudadano que no puede ejercer su profesión habitual, tengo derecho a ella", se defendía a través de las redes sociales.
Y es que la lluvia de críticas al diputado no se ha hecho esperar. Su nombre permaneció durante buena parte del día en los más alto del trending topic mientras los tuiteros le afeaban la contradicción entre su ejercicio como político y dicha incapacidad.
Él se ha desmarcado de las críticas asegurando que se la concedieron después de haberse sometido a "varios tribunales médicos con expertos y profesionales de la Seguridad Social y después de un largo y complicado tratamiento". A través de Facebook, ha anunciado que ha denunciado a "70 personas y cuatro medios" por "injurias".
Sin embargo, incluso profesionales de la medicina legal han puesto en tela de juicio que Cortés esté recibiendo la ayuda comparando su caso con otros que conocen de cerca. Una de ellas ha sido Jessica, psicóloga forense que escribe en Twitter con el pseudónimo de Luna (@JessieKeehl):
La dificultad de lograr una incapacidad permanente
"Los casos que he visto y asistido presentaban una gravedad mucho mayor de la que presenta Cortés", relata esta psicóloga forense con especialidad clínica a EL ESPAÑOL. Hablando del caso concreto que ha compartido en Twitter asegura que "me impresionó porque tuvimos la oportunidad de hablar con su padre antes del juicio. Su hijo tenía unos 30-35 años y nos contó que todo el proceso les estaba costando muchísimo psicológica y económicamente".
Recuerda que el chico les miraba "con recelo, muy tímido, notabas su dolor y sufrimiento por todos los litigios pasados". Sin embargo, no es el único caso que recuerda. "También presencié uno muy llamativo, de corte psicológico. Era una mujer con esquizofrenia que fue despedida del trabajo por los síntomas que presentaba, ganó el juicio por despido improcedente y el dinero lo donó íntegramente a una secta".
En este caso la familia de la afectada "buscaba su incapacidad para poder controlar sus cuentas porque no distinguía la realidad de la ficción y creía que tenía el demonio dentro", pero nada han podido hacer. "Todavía seguían intentando conseguir la incapacidad".
"El caso de Cortés es un escándalo"
Jessica también ha participado de casos que sí han logrado que se les reconociese una incapacidad, pero afirma que "en la mayoría de los casos, por no decir que en todos, las personas estaban muy cerca de la edad de jubilación" añadiendo que "los jueces, sea la enfermedad que sea, ignoran su gravedad y se fijan más en los años cotizados".
Sostiene que los enfermos a los que se les asigna la incapacidad suelen padecer "enfermedades muy graves, con cierta persistencia en el tiempo. Muy pocas se dan por motivos psicológicos. En la mayoría se presentan conjuntamente una enfermedad física combinada con una mental, pero al fin y al cabo también depende de la opinión del juez".
Después de haber vivido decenas de situaciones parecidas a las que narra, a la psicóloga le "escandaliza" la situación de Juan José Cortés. "He visto casos muchos más graves merecedores de incapacidad, sin duda alguna. Me parece que un juez no le daría la absoluta. Es un hombre de 49 años, le quedan 15 para jubilarse y, como psicóloga, no consideraría por su comportamiento que tuviese depresión", asevera.
"Su perfil no es el de una persona con depresión"
Jessica esgrime varios argumentos para desmontar la supuesta depresión por la que Cortés asegura que recibe su pensión. "Por ejemplo, he observado que se va de viaje y hace deporte. Una depresión es incapacitante cuando la persona no tiene deseos de hacer actividades placenteras y su perfil no parece ajustarse a eso".
Con respecto a las hernias, otro de los motivos que habrían propiciado la incapacidad permanente, la psicóloga se desmarca recordando que no es médico "pero por familiares y conocidos sé que pueden llegar a ser incapacitantes. Por eso me resulta curioso ver cómo una persona con depresión y este problema físico ha sido capaz de soportar varias campañas políticas que tienen un grado de exigencia muy alto".
Así, apunta la psicóloga, "dando por cierto que sus problemas son reales, un juez no admitiría la absoluta por la simple razón de que no los consideraría un problema a largo plazo y que le vería capacitado para trabajar, que es exactamente lo que está haciendo ahora el señor Cortés".
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