De un tiempo a esta parte. además de retuitear las historias de los perretes que buscan un hogar y compartir sus lecturas, el escritor Arturo Pérez-Reverte tiene tiempo, entre bronca y bronca, de atender una suerte de consultorio improvisado dando respuesta a las cuestiones que le plantean sus seguidores a través de Twitter.
Indudablemente, la mayoría tienen que ver con su profesión, aunque de vez en cuando se le presentan algunos interrogantes que trascienden el oficio. Una de estas preguntas la lanzaba la semana pasada Félix Marcos (@DJ__Fx), un hombre desesperado por conseguir hacer de su hijo un lector empedernido o, por lo menos, que se dedique un poco más a los libros y menos a las consolas.
Así, escribía un tuit a su "admirado" Pérez-Reverte preguntándole "qué le puedo decir a mi hijo de 11 años para que, de una vez, comprenda que la lectura es esencial para su futuro y que puede ser más gratificante que un videojuego". El apurado progenitor confesaba que ya no sabía "qué razonamiento darle".
La cuestión podría haberse diluido en el océano de Twitter, pero el académico recogió el guante y respondió al poco tiempo. Confesando que no disponía de ninguna receta mágica, le aconsejaba que le pusiera "delante" algún libro que "con suerte se lo haga comprender" y que tirase tanto de "tebeos y cómics" como de libros "que hayan inspirado videojuegos":
No es la primera vez que le preguntan a Reverte cómo criar a hijos lectores. Manuel Acevedo, el padre de Aitor -el pequeño que disfrutará de Los tres mosqueteros dedicado por don Arturo-, ya lo hizo en su momento durante la pasada Feria del Libro de Buenos Aires: "Nos dijo que le pusiéramos una habitación llena de libros para que no tuviese escapatoria y aseguró que 'él solo los irá descubriendo'. Luego, leed vosotros, los hijos de padres lectores son lectores'".
Tiempos pasados (no) fueron mejores
Al hilo de la respuesta de Reverte algunos tuiteros entraron para dar su opinión. Una de cal y otra de arena:
En paralelo, además, se gestó un buen debate tuitero sobre la incidencia de la lectura en los niños de antes y en los de ahora:
Lo que parece incuestionable es que los niños aprenden y reproducen lo que ven, así que tendremos que leer más y guasapear menos si queremos que cambien las pantallas por el papel.
[Más información: La dedicatoria más tierna de Pérez-Reverte]