En 1865 el pintor gerundense Francisco Sans Cabot dio la última pincelada de óleo a su obra El general Prim en la guerra de África, un cuadro en el que resalta la figura central del famoso militar y político catalán enarbolando una espada a lomos de su caballo en la batalla de Tetuán. Detrás de él, otro soldado sujeta una bandera española en una pintura que supuso todo un icono durante el reinado de Isabel II.
La obra fue una aportación de la Diputación de Barcelona al patrimonio catalán que data de 1906, según la descripción del catálogo del Museo Nacional de Arte de Cataluña, al que pertenece el cuadro aunque no esté expuesto allí sino en la Capitanía General de Barcelona. Para muchos, esta circunstancia está relacionada con el reparo de la institución cultural por exhibir en sus paredes un símbolo español aunque, eso sí, parte de la imagen suele ser utilizada para ilustrar carteles y portadas.
El general Prim es una de esas figuras que siembra la controversia. Enaltecida por los catalanes como un símbolo, este liberal español llegó a ser presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Guerra después de haber demostrado sus dotes de mando y su valor en la primera guerra carlista y en la guerra de África. Pues bien, en torno al militar y su icónica imagen, el escritor Arturo Pérez-Reverte se ha cachondeado en Twitter.
La bandera de Wally
Así, publicando la imagen original del cuadro, la portada de un libro sobre los catalanes en las guerras del mundo y el cartel oficial con el que se celebró el bicentenario de su nacimiento en 2014 quiso proponer un "ejercicio de agudeza visual" que se ha hecho viral:
De la portada y el cartel oficial había desaparecido la rojigualda como por arte de magia y, claro, los fieles seguidores de don Arturo en Twitter no dudaron a la hora de apuntarse a su irónica crítica:
Pero también ha habido quien cree que se trata de una observación un tanto paranoica:
Sea como fuere, lo que sí está claro es que el escritor mantiene más viva que nunca su cruzada contra los que quieren moldear la historia a su antojo y no le importa estar en primera línea de batalla tuitera.
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