Sí, hay un hombre conocido con el sobrenombre del Popeye ruso. Se trata de Kirill Tereshin, un joven de 21 años que se ha hecho famoso por tener los brazos como los del mítico personaje de dibujos animados. El chico llegó a tener 60 centímetros de diámetro en sus bíceps después de inyectarse Synthol, un aceite de uso común en el mundo del culturismo pero desaconsejado por completo en este tipo de intervenciones.
Ahora, este iluminado con más de 77.300 seguidores en Instagram, ha lanzado un grito de socorro desde la red social para conseguir el respaldo económico de sus fans y poder costearse una intervención con el objetivo de que sus brazos vuelvan a la normalidad. Asegura que el dolor se ha hecho "insoportable" y necesita el dinero para acudir a una clínica en Alemania o Israel donde le han confirmado que pueden realizarle la intervención.
Sostiene que ha sido examinado por médicos de Moscú, pero en su país los médicos no le garantizan resultados. Recordemos que el chico comenzó hace años a pincharse este compuesto con el que los culturistas se impregnan la piel para que brille en las competiciones y que está hecho a base de aceite, triglicéridos, lidocaína y alcohol benzilo, un cóctel que puede producirle una parálisis o la amputación de los brazos, tal y como ya le advirtieron los sanitarios.
De lograr sufragarse la operación, no sería esta la primera vez que Kirill paso por el quirófano por culpa de sus brazos. En enero de 2018 el portal ruso Life publicó las fotografías de la intervención por la que tuvo que pasar para extraerle parte del líquido de sus brazos y cambiarlo por implantes de silicona más seguros para su salud.
El Popeye moscovita también aprovechó para aumentar sus músculos de las piernas. A todas luces se trata de un adicto a la cirugía plástica. De hecho, poco después de su llamada desesperada en las redes, el chico publicó que se había operado los pómulos, algo poco inteligente si habías dicho con anterioridad que necesitabas dinero por salud y que ha indignado a sus seguidores.
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